Reseña: ‘Dinastía de X / Potencias de X’

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¡Enfréntate al futuro! ¡Jonathan Hickman toma el trono de los mutantes! Desde su nacimiento, La Patrulla-X ha vivido cuatro momentos fundamentales: su fundación, la Segunda Génesis, “La Era de Apocalipsis” y la época de New X-Men. Ahora, Charles Xavier revela su plan maestro… el que sacará a los mutantes de la oscuridad y los llevará, una vez más, hacia la luz.

Reseña

Una nueva nación de la que uno disfruta formando parte

Marvel nos invita a formar parte de Krakoa, el nuevo país mutante que Jonathan Hickman ha creado para comenzar una nueva aventura de los X-Men. Este es un gran punto y seguido, una manera de reflotar a los siempre en boga X-Men. La ciencia ficción está omnipresente en una colección que de primeras digo que me ha alucinado. Sin fisuras, con originalidad y mucha complejidad, las historias de Dinastía y Potencia de X (Hose y Powers of X) son un disfrute lleno de sorpresas y reinvenciones.

Para seguir bien la historia hay que alternar entre los números de Dinastía y Potencias de X (algo que puede hacerse incómodo, sobre todo si se ha coleccionado según ha ido publicándose). Cambia el dibujante de una serie a otra a partir del número dos de ‘Potencias de X’ y eso contribuye a fomentar la sensación de cambiar de época, etapas y mundos de la historia de los X-Men. Y es que esta es una obra que además de tener toques muy legendarios sirve de homenaje a toda la historia de X-Men.

Hay varias e imponentes portadas realizadas por Pepe Larraz y Marte Garcia. Pero sobre todo la primera resulta la más carismática. Se nota que el mexicano Marte Garcia le tiene cogido el punto a los X-Men y a su siempre colorido aspecto. Y todo el interior es igual de potente. Personajes, fondos, máquinas, color… El nivel es alto y minucioso. El estilo de ambos dibujantes (la otra persona que dibuja es R.B. Silva) es diferente pero conserva parecidos. Ambos han metido a las viñetas la clásica matriz de puntos de los cómics y eso le da un toque clásico a un dibujo que se torna moderno. Desde luego es otro cómic más para incluir en los que pueden hacer afición y destacar a nivel mundial a un dibujante del talento de Larraz.

El universo que han conformado a partir de ‘Dinastía de X’ es complejo y entramado, sería difícil de abarcar para el lector sin esas páginas informativas que se intercalan de vez en cuando. Considero que es mejor leerse esta serie del tirón que teniendo que esperar un mes entre número y número, eso podría obligar a los que tengan menos memoria a releer las primeras páginas de vez en cuando. Y la única pega que le pongo a esta colección es que su último número está demasiado ocupado por páginas que explican la historia en vez de por viñetas.

Me queda la impresión de que habría disfrutado más del cómic de haber estado siguiendo colecciones recientes de los X-Men. La cantidad de personajes es abrumadora y si uno se para a buscar sus nombres o su trasfondo puede llevar esta experiencia de lectura a muchísimas horas. En mi caso esta historia ha sido un largo acompañante durante la cuarentena.

El diseño de personajes que vemos en el cómic va en la línea del que muchos habéis visto en películas como ‘Dark Phoenix’, bastante inspirados en los trajes que llevaban los mutantes de Grant Morrison. En ese sentido es un retorno a lo clásico. Pero también vemos nuevas vestiduras que llaman la atención. Como la de Xavier o incluso la de magneto que está en una de esas raras veces en las que va en son de paz, como clama su capa blanca.

Me ha encantado toda la intervención de Moira. Me parece brillante el rol que juega y como sirve de herramienta para aportar giros a la trama. El guión de Hickman nos brinda una historia coral, algo casi obligatorio en el caso de una apuesta tan regenerativa como esta. Es básico el tener que introducir el punto de vista de muchos personajes para abordar un punto tan tajante y definitorio en un universo tan vasto como el de la Patrulla X. Y además la trama da muy buenos detalles que no me cabe duda que habrán sido un gustazo para los dibujantes, ya que a modo de crossover otros personajes que son de otras colecciones como ‘Los 4 Fantásticos’ hacen su aparición. Esto es algo que no nos sorprende pues Hickman ha trabajado con los Richards, Storm y Grimm mucho tiempo, al igual que sucede con los Avengers y otras muchas organizaciones conocidas de Marvel. También hay que tener en cuenta que aquellos más puristas y cerrados a que estos superhéroes evolucionen pueden rechazar todo el enfoque del cómic.

‘Dinastía de X’ hace un punto de partida muy jugoso para otros autores que vengan después. Solo hay que ver a este Charles Xavier sin silla de ruedas y decidido a llevar a los suyos a la victoria. Sus métodos en muchos sentidos u ocasiones son más propios de un villano. Xavier tira de neoliberalismo para ganar una posición ventajosa en determinadas naciones que si reconozcan a la suya. Muy acorde a lo que haría una despiadada corporación o multinacional del mundo real. Está a la cabeza de una nación de criaturas con poderes que más que buscar su lugar en el mundo lo reivindican y lo inventan. Como dicen bien en el número uno de ‘Potencias de X’, “no es un sueño si es real”. La utopía de Charles se convierte en realidad y la vía que emplea Hickman me parece la más plausible.

Además la narración nos adentra en una especie de bioingeniería mezclada con poderes, algo casi mágico. Es una nueva manera de percibir el poder de los mutantes de Marvel, una forma distinta de verlos, tanto visual como argumentálmente, sin olvidar lo que ha pasado previamente. Los amantes de los X-Men de siempre pueden disfrutar estas viñetas que tienen alusiones a ‘Dinastía de M’, ‘Días del futuro pasado’ y otros clásicos en los que por ejemplo interviene Apocalipsis.

Entre guionistas y dibujantes llevan a los X-Men de nuevo a un punto treméndamente épico. ‘Dinastía de X’ más ‘Potencias de X’ componen doce números en total. Un ecosistema donde nos topamos con el paraíso mutante y que supone un vergel para los lectores de cómics.

Ficha del cómic

Guion: Jonathan Hickman. Dibujo: Pepe Larraz, R. B. Silva. Color: Marte Garcia, Di Benedetto. Tinta: VC’s Clayton Cowles, Adriano Di Benedetto. Portada: Pepe Larraz, Marte Garcia, R.B. Silva. Editorial: Marvel (Panini Cómics). Datos técnicos: 56 y 40 págs. por número, grapa, color, 17 x 26 cm. Publicación: julio de 2019. Precio: varía según número (nº1 4,51€).

Reseña: ‘Locke & Key’

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En Nueva Inglaterra hay una vieja mansión cuyas fabulosas puertas transforman a todo el que se atreve a cruzarlas. El pasado de la familia Locke vuelve para atormentar a sus actuales miembros, en un escalofriante cómic en el que Hill demuestra una capacidad para la narrativa, la invención y la originalidad equiparable a la de su padre, Stephen King.

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Fantástico terror, con una mecánica y un imaginario elaborados

Entre los años 2008 y 2012 IDW Publishing publicó los diferentes arcos argumentales que componen la colección ‘Locke & Key’. Unos cómics realizados por Joe Hill (que como todos sabéis es el hijo de Stephen King) y Gabriel Rodríguez y que estuvieron múltiples veces nominados al Eisner, incluso se lo consiguió llevar en 2011. No estamos hablando de una obra cualquiera.

En el periplo durante el que se estuvo editando por primera vez en EE.UU. se barajó una versión televisiva de ‘Locke & Key’ que contó hasta con Steven Spielberg. Finalmente fue Fox quien la llevó a cabo e incluso la llegó a mostrar, pero no alcanzó nuestras costas. Estaba avalada por el propio Joe Hill y dirigida por Mark Romanek (‘Retratos de una obsesión’) y sus guionistas eran aún más famosos ya que fueron Alex Kurtzman (‘Alias’, ‘Star Trek’), Roberto Orci (‘Fringe’, ‘Star Trek’) y Josh Friedman (‘La dalia negra’, ‘Terminator: destino oscuro’). La película tenía caras conocidas como la de Miranda Otto (Eowyn en ‘El Señor de los Anillos’) o Mark Pellegrino (Jacob en ‘Perdidos’).

Lo que hace que rescatemos a ‘Locke and Key’, que deberíais leer si o si, es el próximo estreno de Netflix. El 7 de febrero la convierte en serie con Andy Muschietti (‘IT’, ‘Mamá’) como uno de sus escritores y productores ejecutivos. La serie tiene las expectativas muy altas, sobre todo sabiendo que el primer episodio está dirigido por Vincenzo Natali, el artífice de una obra tan mítica como ‘Cube’.

Como veis precedentes y futuro no le falta a este cómic. Sobre todo es una obra rápida, potente, juvenil y familiar. El guión te adentra muy rápido y muy fácilmente en un nuevo universo de misterios y aventuras. También en una trama de dolor, trauma y conflicto familiar. Se nota que a Hill le gusta hurgar en la cabeza de los personajes, en sus miedos, en sus recuerdos y aquí literalmente lo hace.

‘Locke and Key’ gira en torno a los jóvenes miembros de un clan familiar que retornan al hogar de su ancestral familia, la casa llamada Keyhouse. Un lugar donde existen multitud de llaves, las cuales son capaces de hacer infinidad de cosas y los protagonistas se topan tanto con las llaves como son sus poderes, casi siempre por casualidad. Una vez más Nueva Inglaterra, como en casi todas las historias de los King, es el escenario de los acontecimientos, siguiendo así la tradición familiar y haciendo notar aún más que este es un relato de linajes.

Haciendo un paréntesis, podemos decir que hay unos cuantos guiños. Ya sea a la famosa escena de Carrie o a algunos otros libros míticos del fantástico. Al margen queda el hecho de que el lugar donde se emplace la acción se llame Lovecraft, un gesto digno de un trabajo de un fan amateur que se vuelve loco por hacer un homenaje. Estos easter eggs se quedan al final ensombrecidos por la profundidad de una obra adolescente que hay que tomarse muy en serio, no son ni de lejos el eje o el objeto de la historia.

‘Locke & key’ está muy bien por el imaginario que despliega. Desarrolla una mitología propia muy elaborada. Por un lado su universo se anticipa divertido y emocionante, pero por otro es un mundo lleno de terrores antediluvianos y que llegan a notarse tan personales que se sienten hasta arraigados en uno mismo. Es muy importante destacar la profundidad de su narración, la sangre que emanan sus heridas, tanto metafórica como literalmente.

La historia me recuerda un poco a ‘Habitación perdida’, la serie de 2006 en la que vimos a una jovencísima Elle Fanning donde cada objeto tenía un poder, solo que aquí cada llave o cada puerta tiene un poder y nos abre todo un abanico de posibilidades. Unas alternativas que explora muy bien el relato. En ‘Locke & Key’ no nos pasa como en otras colecciones que se estancan en su propuesta y en su mecánica, nunca mejor dicho. El funcionamiento de la historia va modificándose ligeramente según avanzamos. El objetivo es constantemente el mismo pero las reglas se alteran de manera que la intriga se mantiene. No descuida ningún detalle ni tiene fallas y eso que maneja muchos personajes y muchas líneas temporales. Se percibe que tiene muy buena planificación de principio a fin.

La historia va sembrando detalles. Muchos de ellos van cobrando sentido poco a poco y casi todos encajan al final de cada episodio a la perfección como una llave en su correcta cerradura, sin holguras, girando adecuadamente. Eso nos lo hace ver también el dibujo de Gabriel Rodríguez. La puesta en escena del dibujante acompaña al relato de terror, pero siempre con un dibujo bastante amable que nos chirría con lo que nos están contando. Esta contraposición lo que hace es crearnos una sensación de incomodidad. No obstante vemos algunas criaturas que podrían estar salidas perfectamente del imaginario de Todd McFarlane o Greg Capullo. El dibujante chileno tiene un trazo grueso y claro, unos personajes y objetos muy detallados además de un estilo marcadamente americano. Por razones de argumento tiene que manejar muchas sombras, no solo para aportar matices a los seres que aparecen en las viñetas, sino también para ilustrar criaturas de pies a cabeza dotándolas de expresiones.

En resumen se podría decir que recomiendo mucho estos volúmenes por su toque fantástico dramático y terrorífico. Es muy juvenil, una joya dentro del cómic independiente. Es excelente como Hill maneja la niñez y la magia. Una historia de malicia, juegos y muchas veces de locura.

Son seis títulos que oscilan entre los psicológico y lo mecánico. Se pueden adquirir agrupados en dos volúmenes omnibus (recopilatorios) que Panini Cómics editó en 2015 y 2016 respectivamente.

Ficha del cómic

Guion: Joe Hill. Dibujo: Gabriel Rodríguez. Color: Jay Fotos. Editorial: IDW (Panini Cómics). Datos técnicos: 448+520 págs., tomo tapa dura, color, 18 x 27,5 cm. Publicación: 2008. Precio: 2 volúmenes omnibus, 38€/u.

Reseña: Civil War (edición integral)

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¡La obra maestra que inspiró Capitán América: Civil War en un espectacular volumen integral! El Universo Marvel está cambiando. Es tiempo de elegir: ¿De qué lado estás? Un conflicto que se ha estado labrando durante años estalla al fin, rompiendo en dos a la comunidad superheroica, y enfrentando a amigo contra amigo, hermano contra hermano. Spiderman, Los Vengadores, La Patrulla-X, Los Cuatro Fantásticos… todos se verán afectados. Todos deberán elegir su lugar en la guerra. Nadie está a salvo en la saga que cambió para siempre las reglas del juego.

Reseña

Algo más que una lucha de egos.

Hemos tenido entre las manos el tomo publicado en España por Panini Cómics y que compila las publicaciones de “New Avengers Illuminati” y los números del 1 al 7 de “Civil War”. Un recopilatorio que explica y narra la esencia del cómic que va a inspirar la próxima película de Marvel.

La magnitud del éxito y repercusión de “Civil War” fue mucho más allá del éxito en ventas. Supuso la culminación de la lucha de Marvel por recuperar su línea editorial y para muchos representa una crítica a la Ley Patriota de Bush (cuyo paralelismo en esta historia sería el Acta de Registro de Superhumanos). Es por eso que se podrían emparejar los dos lados de la contienda con los partidos mayoritarios de Estados Unidos. El bando liberal que se opone al acta, liderado por el Capitán América (color azul como el color insignia del Partido Demócrata) y el bando conservador encabezado por Iron Man (color rojo, como el del Partido Republicano).

“Civil War” ilustra una lucha entre dos grandes estandartes. Pero esta no es una lucha de todo o nada, de blanco contra negro, de día contra noche… Es algo más policromático (nunca mejor dicho dada la cantidad de disfrazados que llegamos a ver). Como ocurre en toda guerra civil existen más de dos bandos. Los hay que se mantienen neutrales, los hay que cambian de bando, los hay que sufren daños colaterales, los hay que fingen pertenecer a uno u otro bando… Todo esto producido por el trasfondo histórico que arrastran los personajes. La diferencia de esta guerra con otras, es que se enfrentan personajes que son héroes antes del conflicto, que supuestamente son buenos para todo el mundo, y por eso se nos puede dividir el corazón. Probablemente la mayor parte del éxito del cómic radique en la misma esencia que poseen hoy en día los programas de deporte españoles: crear polémica y generar debate.

Pero quedándonos con lo meramente narrativo, y a colación del trasfondo mencionado, podemos afirmar que como buen crossover es la conjunción de varios cómics que son referenciados o nombrados durante esta historia. Como por ejemplo “La guerra Kree-Skrull”, “X:men, gigant-size”, “Dinastía de M”, “Secret War”, “X-men: Los 198”, “Los Vengadores: asalto a la mansión” o “Días del Futuro Pasado”. Millar guía la historia sin que se le vaya de las manos. Posee grandes giros argumentales cargados sorpresas inesperadas, de esos que engranan perfectamente en la maquinaria de toda guerra ficticia y tienen coherencia dentro del universo Marvel. Es principalmente el acontecimiento que desencadena todo, ese gran daño colateral producido por unos inconscientes, el que demuestra la madurez de este cómic. Y a pesar de los grandes eventos y protagonistas en plena mutación de personalidad, el guionista no olvida las pequeñas subtramas o detalles particulares que conforman la identidad de nuestros superhéroes preferidos.

La trama central estuvo dibujada por Steve McNiven, que ya formó dupla con Mark Millar en “El Viejo Logan”, por ejemplo. Aquí utiliza un estilo diferente pero igualmente recurre a “capturas” muy cinematográficas. Con su estilo mantiene una personalidad muy particular de la factoría Marvel, creando marca y escuela.

Como opinión personal he de decir que nunca he sido muy fan de los dos cabecillas de esta historia, pero siempre me ha atraído más Iron man. Sin embargo, eso de que quieran convertir a los superhéroes en peleles al servicio del gobierno (como le pasaba al Superman de “El regreso del caballero oscuro”) no me gusta. Reconozco que casi me decanto por el equipo del Capitán América. Pero la idea de Iron man me parece más acertada, aunque no realizada de esa manera tan extremista o supervisada por Shield y el gobierno. Puede que ese sea el fallo argumental del cómic, no contempla un tercer bando que quiera registrar a los superhéroes, pero sin hacer pública su identidad, o algún otro tipo de término medio. Las guerras civiles no son siempre de dos únicos bandos.

Además de esta magnífica historia, este integral posee decenas de páginas con cubiertas utilizadas y descartadas (de Michael Turner, Steve McNiven, Ed McGuinness…), lápices y una interesantísima conversación entre Joe Quesada (Director Editorial de Marvel) y Tom Breevort (Editor Ejecutivo de Marvel) junto a Spotlight.

Ficha del cómic

Guionista: Brian Michael Bendis, Mark Millar. Dibujante: Alex Maleev, Steve McNiven. Entintado: Dexter Vines, Mark Morales, Steve Mc Niven, John Dell, Tim Townsend. Color: Dave Stewart, Morry Hollowell. Editorial: Panini Comics. Datos técnicos:  280 págs., cartoné, color, 19x28cm. Publicación: febrero 2016. Precio: 25€.

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