Reseña: ‘Harley Quinn. Cuidado con lo que deseas’

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Harley Quinn encuentra una botella con un genio dentro que le puede conceder deseos. ¡Cualquier cosa puede pasar!

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Seguro que Harley desearía cosas más caóticas.

El pasado sábado 23 de septiembre se celebró el Batman Day y junto al esperadísimo crossover ‘Batman/Flash: La chapa’ (reseña aquí) nos regalaron ‘Cuidado con lo que deseas’. Este es un cómic dentro de la franquicia de una de las villanas más adoradas y adorables, si no la que más, de todo el universo de DC Comics, Harley Quinn.

Pero la grapa no le hace ningún favor al personaje pues ya de inicio parte con muchas más pretensiones de las que debería. No hace para nada honor a la portada que parodia. Cualquier lector de cómics que se precie identificará el guiño al ‘Batman: La broma asesina’ de Alan Moore. Y lo que leemos en su interior no tiene para nada que ver ni en mensaje, ni en calidad gráfica, ni en guión, ni en transcendencia… No guarda absolutamente ninguna relación ,no veo o no he pillado el sentido a dicha portada.

Dado el tipo de comedia del que se hace uso en este cómic y la poca relevancia que tiene lo que sucede en él bien podría haberse publicado junto a dominicales como ‘El pequeño país’. Salvo algunos detalles los gags son muy pueriles, el tono es más tontorrón que macabro. Vale que esta es una entrega gratuita y a caballo regalado no le mires el diente, pero también estos números han de servir para enganchar a los lectores al cómic. Hay que comulgar muy mucho con su estilo para caer en la dinámica de esta versión del personaje.

Para seguir la historia escrita por Conner (‘Antes de Watchmen: Espectro de Seda’) y Palmiotti (‘Power Girl’) no hay que conocer las historias previas de Harley Quinn. Pero si estaría bien haberse leído por ejemplo ‘Calor en la ciudad’ o conocer la dinámica que ha ido cogiendo Conner en su trayectoria con el personaje. Ser lector del trabajo de ambos guionistas por supuesto haría que valoréis mejor apariciones como la de Power Girl o el siniestro Bernie.

El hilo de la historia, inclusive su desenlace, parece sacado de una serie de la Cartoon Network, en el cual tenemos un final suavizado, en el que todo queda solventado sin ir a mayores, lo cual no era de esperar tratándose de un personaje tan alocado y anárquico como Harley.

Ficha del cómic

Guión: Amanda Conner, Jimmy Palmiotti. Dibujo: Amanda Conner. Dibujo (pags. 8-10): Chad Hardin. Color: Paul Mounts. Color (pags 8-10): Alex Sinclair. Portada: Amanda Conner, Paul Mounts. Editorial: ECC. Datos técnicos: grapa, color, 24 pags. Publicación: septiembre 2017. Precio: gratuito durante el Batman Day.

Reseña: “Star Wars: Lando” nº 1-5

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Lando, un antiguo amigo de Han Solo se convirtió en una de las muchas figuras inolvidables del universo creado por George Lucas.  Ahora, Marvel ha decidido otorgarle protagonismo absoluto en su nueva etapa comiquera.

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¿Para cuándo más Lando?

Igual que gran parte de colecciones de cómics que están surgiendo de Star Wars está ubicada entre los Episodios IV y V. Esta miniserie constó de cinco únicos números que se centraron en el personaje de Billy Dee Williams, Lando, el famoso “amigo” de Han Solo cuyo pasado y entresijos se han desvelado poco o nada en el cine.

Lando Calrissian es un pícaro, un embaucador, un oportunista, un metepatas y un contrabandista que siempre anda con triquiñuelas. De este modo sobrevivió en los bajos fondos y así llegó hasta donde le vimos en el Episodio V, el gobierno de Ciudad Nube en Bespin. Esta descripción, con la cual los fans de la saga estarán de acuerdo, encaja a la perfección con el Lando que vemos en estos cómics. Vemos que el personaje que produjo una de las traiciones más dolorosas de Star Wars además de engañar también es engañado y testigo de grandes revelaciones.

Aunque la miniserie posee ubicaciones como el planeta Castell o Coruscant, la historia que guionizó Charles Soule (“La muerte de Lobezno”) transcurre básicamente en un solo sitio. Este es uno de los logros de Soule, jugar con los escenarios para construir una historia repleta de personajes grises, ni buenos ni malos, como aquellas de naturaleza negra o pulp. Consigue plasmar al Lando tramposo, canalla y jugador que dejó huella en el pasado y además expande su historia. Le acompaña de su inseparable Lobot, le hace recordar a su amado Halcón Milenario, le asocia con matones clones gay y le mezcla como siempre en asuntos del Imperio y de los Sith… todo ello para conseguir una aventura por muy encima de lo solvente.

Podemos ver en este cómic dos cosas, si no inéditas, realmente raras en Star Wars. Una son los paseos espaciales y la otra los rostros de los Guardias imperiales. También quedarán en la memoria personajes femeninos como Ssaria, Sava o Chanath Cha (extremadamente semejante a Boba Fett) que dejan patente el desbocado intento de Marvel por hacer lo políticamente correcto.

El equipo encargado de materializar este proyecto fue el mismo durante los cinco números. A parte del ya mencionado Charles Soule estuvieron involucrados Alex Maleev y Paul Mounts (“International Iron Man”) que aportaron el dibujo y el color respectivamente. Ambos sabían dónde se estaban metiendo y crearon una línea que encajase con el estilo, no solo de Star Wars, sino también del personaje y del tono que pedía el guión de Soule. El tono oscuro, la inmensa presencia de tintas, resta protagonismo a los colores en este trabajo, que como he mencionado antes es una historia más cercana a una novela negra con sospechas y traiciones. Un poco más de viveza en las caras no habría estado de más para aportarle mayor realismo y sentimiento a los personajes. Por destacar una viñeta podemos citar el gran splash page con los dos clones, muy oscuro (en varios sentidos), que tenemos en el número 4. Las portadas son todas de Alex Maleev, en ocasiones con la colaboración de Edgar Delgado (que os sonará por ponerle color a la colección “Darth Vader”).

Este trabajo logra superar el reto y los prejuicios por mostrar material nuevo y reiniciar el universo expandido. Consigue ofrecer nuevas sorpresas sobre personajes con destinos conocidos e incluirlos satisfactoriamente dentro de un nuevo canon de modo que se abran nuevas vías de exploración argumental para el futuro.

Ficha del cómic

Guionista: Charles Soule. Dibujante: Alex Maleev. Color: Paul Mounts. Editorial: Planeta Cómic. Datos técnicos: 32 págs., grapa, color, 16,8×25,7cm. Publicación: noviembre 2015 – marzo 2016. Precio: 2,5€/grapa.

Reseña: “Superman: hijo rojo”

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¡Mirad! ¡En el cielo! ¿Es un pájaro? ¿Es un avión? Es… ¡Superman!

El extraño visitante de otro planeta que puede cambiar el curso de los ríos, doblar acero con sus propias manos… y que, como campeón de los obreros, libra una batalla interminable por Stalin, el socialismo y la expansión internacional del Pacto de Varsovia.

En esta versión de la conocida historia, cierto cohete kryptoniano se estrella en la Tierra, llevando
a un bebé que un día se convertirá en el ser más poderoso del planeta. Pero su nave no se estrella en América. No crece en Smallville, Kansas. En lugar de eso, encuentra su hogar en una granja colectiva de la Unión Soviética.

Reseña

Kal-L en el Kremlin.

Esta ucronía salió de la mente del prolífero Mark Millar para maravillar a seguidores y detractores de la figura de Superman, tarea harto complicada. Es un cómic que puede agradar a ambas vertientes de lectores pues ofrece una visión muy diferente, y en muchos aspectos ya debatida en el pasado, del superhéroe kryptoniano.

“Superman: hijo rojo” no es un imprescindible para comprender al personaje de Superman, es un imprescindible para aquellos amantes de las distopías o para ser consciente del juego que puede dar un personaje de esta magnitud. Al desarrollarle fuera de su canon oficial se ofrece la posibilidad de que los conocedores de Superman puedan ver transformados elementos indispensables de la historia del Hombre de Acero de un modo gracioso, curioso o interesante. Aunque lo parezca esta historia está lejos de parecer absurda. Emplea una perspectiva satírica de la política exterior de Estados Unidos y de la lucha de bloques entre el capitalismo y el comunismo, esto último resulta más que obvio. Aunque curiosamente lo político, que es lo que ha relegado a este cómic a campo de lo baladí, está en un segundo plano y lo verdaderamente interesante es la ya mencionada transformación del héroe alienígena. Es uno de los mayores logros de Millar pues resultó ser un cómic fresco, atrevido y sobretodo original, algo que puede costar mucho encontrar con todo lo que ya se ha escrito sobre Superman.

Se nos presenta un Clak Kent, bueno no, a otro personaje cuya identidad secreta desconocemos, que es controlador, casi omnipotente y que se cree moralmente muy superior, algo así como el Dr. Manhattan de “Watchmen” pero más diligente. En su intento de salvar al mundo, de imponer los ideales que le han inculcado, castiga a Estados Unidos y al “american way of life” que siempre ha defendido en otras versiones. Tanto es así que la trama puede recordarnos en algunos aspectos a “V de vendetta”, a “1984” o a “Un mundo feliz”. Este comportamiento repercute en todos los personajes del universo DC de un modo profundo. En cuanto a héroes y villanos aparecen Batman, Wonder Woman, Brainiac, Green Lantern, Lex Luthor… todos ellos con nuevos matices y trasfondos que cambian lo que podemos esperar de su intervención en la historia.

El final es otro de los atractivos pues resulta tremendamente original. Cierra un circulo con una idea que resulta llamativo que no haya surgido antes en el universo de Superman. Si hacemos caso a rumores, la concepción de esta conclusión salió de Grant Morrison, amigo de Millar.

Pese a que la historia de “Superman: hijo rojo” resulta apabullantemente protagonista, los lápices de Johnson y Plunkett no se quedan cortos. Se recrearon lo suficiente como para que el lector pueda gustarse visualmente pero no tanto como para distraer la atención de lo que nos están contando. Las magníficas portadas de Dave Johnson recuerdan tremendamente al estilo que empleaba José Bardasano Baos en sus famosísimos carteles.

Abre el cómic una introducción del productor cinematográfico Tom DeSanto (“X-men”) y lo cierran unos bocetos (con explicaciones) de Dave Johnson, Kilian Plunkett y Alex Ross.

Ficha del cómic

Guionista: Mark Millar. Dibujante: Dave Johnson, Kilian Plunkett. Color: Paul Mounts. Editorial: ECC. Datos técnicos: 168 págs., rústica, color. Publicación: abril 2013. Precio: 15,50€.

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