Crítica: ‘El Conde’

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‘El Conde’ es una comedia de terror y humor negro ambientada en un universo paralelo inspirado en la historia reciente de Chile. La película representa a Augusto Pinochet —símbolo del fascismo mundial— como un vampiro que vive recluido en una mansión abandonada en el gélido extremo sur del continente, saciando su apetito de maldad para subsistir. Pero después de 250 años, Pinochet decide dejar de beber sangre y renunciar al privilegio de la vida eterna. No puede soportar más que el mundo lo recuerde como un ladrón. Pese a que sus familiares son unos arribistas y fuente de decepción para Pinochet, una relación inesperada lo anima a seguir adelante, pero esta vez con una vida de pasión contrarrevolucionaria.

Crítica

Pocas veces las burlas hacia la sombra siempre acechante del fascismo han sido tan mordaces

‘El Conde’ es una comedia negra que transcurre en un universo paralelo. Augusto Pinochet no murió, o si… tal vez ya estaba muerto en vida. Esta película nos desvela que el tirano es realmente un vampiro de más de 250 años (interpretado por Jaime Vadell, un actor de casi 90) que vive recluido y harto de sentirse decepcionado por sus familiares y ser recordado como el mal encarnado, como un ladrón. Es por ello que alcanza el punto crítico de decidir dejar de beber sangre. Pero un giro de los acontecimientos, que debéis descubrir, cambia esa determinación a dejar este mundo.

La capa que lucían muchos dictadores del siglo pasado es lo que evocó a Pablo Larraín a la figura del Conde Drácula y lo que desató la imaginación que ha sido plasmada en el guión. Un texto que ha hecho que ‘El Conde’ sea la recién ganadora del premio a mejor guión en Venecia, obra que ha escrito junto a Guillermo Calderón. Entre ambos han rescatado esta figura que nos pintan cómicamente como la de un revolucionario de derechas cansado de ser súbdito y con una evidente megalomanía, un ser tan egoísta que es capaz de negarle la inmortalidad a sus propios hijos y esposa.

Llega este estreno tras la decepción con Larraín por ‘Spencer’ ya que yo era de los que disfrutaron ‘Jackie’. Debí ir prevenido ya que tampoco me gustó ‘Neruda’. Hay algo que no se le puede negar a Larraín, sabe buscar un punto de vista diferente para rescatar personajes históricos. En este caso, además de un cambio estético abraza dos géneros distintos, la comedia (negra) y el “terror”. Eso le hace incluso a llegar a tocar no a no uno, sino a varios personajes odiados por su pueblo ya que, por ejemplo, la condición de inmortal del protagonista nos hace volver a la Francia de María Antonieta.

Larraín se lanza al mundo del blanco y negro. Con esta decisión nos transporta a un mundo alternativo, donde hay una uniformidad y ausencia de color, con además tonos muy oscuros. Sobra decir que la época dorada del Conde Drácula fue aquella en la que sus historias se rodaban aún en escala de grises. ‘El Conde’ podría considerarse como una adaptación libre de Drácula. No falta el fiel ayudante familiar, la residencia en tierras inhóspitas, el (en este caso la) Jonathan Harker que visita el feudo para arreglar el papeleo… Si queremos resumir todos los símiles habría que decir que la familia Pinochet ha succionado la sangre a todo un país. Los asesinados, las cuentas en el extranjero, el odio visceral a la izquierda, las torturas que han quedado impunes… Si Chile está convulso actualmente el refrescar todo esto puede ser todo un acto de memoria de la cual aprender pero también hay que reconocer que es un zarandeo arriesgado. Larraín parodia, imagina, pero también clava escenas como la del velatorio, cuando recibió el escupitajo del nieto de una de las víctimas de su golpe de estado.

‘El Conde’ es la revisión de un villano dotado de la vileza de aquellos que siendo claramente culpables se dicen ser la verdadera víctima, describiéndose con el descaro de esos abyectos personajes de la prensa del corazón que son incapaces de ver el freak en el que se han convertido. Y terror no tiene la película, pero imagino el miedo que deben sentir en Chile ante la idea de que este dictador se mantenga con vida y además con poderes sobrenaturales. Aun así hay que decir que hay bastantes escenas horripilantes y violentas que pueden herir sensibilidades. La película es abiertamente cruda en varios sentidos, tanto con sus indirectas como con imágenes explícitas de decapitaciones. Y con todo esto una de las secuencias que destacan es un precioso vuelo que parece un anuncio de colonia, muy a lo ‘Jupiters Moon’.

Ante todo esto es sátira y farsa política (aunque todos sabemos que la política es una farsa por definición). Estamos ante una burla como la que fue en su día ‘El gran dictador’ o hace poco ‘Jojo Rabbit’. Menuda manera ácida y mordaz de rememorar que han pasado 50 años desde el golpe de estado en el país americano. Tras todo un mandato dictatorial Pinochet no respondió ante la justicia, como tantos otros tiranos. Eso conlleva un legado funesto que nunca termina de limpiarse. Prueba de ello es la división que vive hoy en día Chile. Ahí surge la fuerza de esta burla que reclama que hay que cerrar heridas y reconocer errores para que la sombra del pasado no vuelva a acecharnos. Al fin y al cabo lo que se busca, casi de manera literal, es exorcizar los males del pasado.

Los siguientes títulos de Larraín nos devolverán a María Callas con Angelina Jolie encarnando a la cantante de opera y al 11S con ‘The true american’, curiosamente fecha en la que publico esta crítica. Espero que se atreva con otro volantazo a su carrera pues saliéndose por la tangente es cuando saca lo mejor de él, al menos para mi gusto.

Ficha de la película

Estreno en España: 15 de septiembre de 2023. Título original: El Conde. Duración: 111 min. País: Chile. Dirección: Pablo Larraín. Guion: Guillermo Calderón, Pablo Larraín. Música: Juan Pablo Ávalo, Marisol García. Fotografía: Edward Lachman. Reparto principal: Jaime Vadell, Gloria Münchmeyer, Alfredo Castro, Paula Luchsinger, Catalina Guerra, Marcial Tagle, Amparo Noguera, Diego Muñoz, Antonia Zegers, Stella Gonets. Producción: Fabula. Distribución: Netflix. Género: terror, comedia. Web oficial: https://www.netflix.com/es/title/81590652

‘Un lugar llamado Dignidad’, sobre uno de los episodios más negros de la historia de Chile

En Filmin el 26 de mayo

Filmin estrena el próximo viernes 26 de mayo la película chilena ‘Un lugar llamado Dignidad’, dirigida por Matías Rojas. La película se suma a otras del catálogo de la plataforma, como el documental ‘Songs of Repression’ (2020) o la película de animación en stop-motion ‘La casa lobo’ (2018) para recordar, esta vez desde la ficción, uno de los episodios más negros de la historia de Chile, el de la llamada Colonia Dignidad, un asentamiento de colonos alemanes que se instaló en la ciudad de Parral en 1961 y que funcionó como una secta y un centro de detención, tortura, y exterminio durante la dictadura de Pinochet.

La película viaja a ese lugar infernal de la mano de su joven protagonista, un niño de 12 años llamado Pablo, que pronto es acogido entre sus protegidos por el siniestro Paul Schäfer (interpretado por Hanns Zischler), predicador luterano, pederasta y líder de la secta. ‘Era importante contar esta historia a través de los ojos de un niño y descubrir junto a él lo que realmente sucedió allí’, explica el director Matías Rojas: “Pablo es un niño inteligente pero confía en el tío Paul, que representa la figura paterna que no tiene en su vida. Le lleva un tiempo entender qué es lo que está pasando a su alrededor: hay confusión, extrañeza y dolor”.

Rojas recuerda que siendo niño visitó una vez el restaurante de la Colonia Dignidad que estaba abierto al público chileno: “Me sorprendieron las caras de algunos de los colonos que trabajaban allí. Evocaban un profundo sentimiento de tristeza y resignación. Años después, cuando comencé mi investigación para la película, descubrí que muchos de los que trabajaban allí lo hacían como castigo, bajo tortura y bajo el efecto de los tranquilizantes que les obligaban a tomar todos los días”. El director del filme cree que su país debe aun dar muchas explicaciones sobre lo ocurrido en Dignidad: “Sigue siendo un misterio en muchos sentidos. Representa un país que solía esconder sus pecados bajo la alfombra de un supuesto progreso. Incluso hoy hay miembros del gobierno y de la sociedad civil más influyente que formaron parte del ‘círculo de amigos” de la Colonia Dignidad.

‘Un lugar llamado Dignidad’ tuvo su premiere mundial en el El Festival Black Nights de Tallin y ganó el Condor de Plata a la Mejor Dirección en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva.

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