Crítica: ‘Gru 4. Mi villano favorito’

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Después de siete años, nuestro supervillano favorito, ahora convertido en agente de la Liga Antivillanos, vuelve con una impactante y frenética entrega de caos al más puro estilo Minion en la esperadísima nueva película de Illumination: Gru 4. Mi villano favorito.

Crítica

Nuevas travesuras y risas garantizadas

Primero se ganó nuestros corazones siendo malo malísimo, después se pasó al bando de los “buenos” y ahora, en ‘Gru 4. Mi villano favorito’, le toca ser el protegido que entra en el programa de cambio de identidad. Curta entrega de la saga, que no de la franquicia, el número de personajes crece. La familia es más grande, los minions pierden algo de peso y se nota que comienza a costar estirar el chicle.

Por supuesto que esta especie de gremlins amarillos tienen los mejores gags del filme. Pero cuando vemos que se suceden los guiños a películas como ‘Terminator 2’, ‘007’, ‘Spider-Man’ o ‘Los 4 Fantásticos’ ya se percibe una falta de originalidad. Me ha gustado mucho cómo Universal, productora que no posee ninguna franquicia comiquera de superhéroes, ha lanzado un dardo en favor del hartazgo por el cine de superhéroes, de ese que se hace como churros. Pero en su intención de brindarnos una pequeña sátira para los más adultos han desarrollado un guión demasiado dependiente de la broma. Tenemos superhéroes hasta en la sopa, pero no olvidemos que con los minions también se ha hecho todo tipo de merchandising, la pescadilla se morderá la cola y veremos a estos nuevos “Mega-minions” en las tiendas.

Aún con esa cantidad de guiños y referencias que tiene esta nueva película, entre las que hay que incluir su propio Hogwarts y un bebé que recuerda al de ‘Los increíbles’, surgen nuevos personajes. Los más destacados dos villanos que salvo por el acento bien podrían estar inspirados en CR7 y Georgina. Y unos pijos de manual cuya inclusión aunque es graciosa queda un poco pendiente de un hilo pues sirven más como relleno y su arco no está cerrado.

De la animación sobra decir que la calidad es máxima, con una cantidad de detalles apabullante y pormenores como líquidos, pelajes o texturas que están cuidados hasta el límite. Fijaos por ejemplo en cualquier parte metálica que aparece o en la gigantesca pantalla LED que hay en una de las escenas. Igual podemos decir del doblaje, la hemos visto en castellano, al que se le ha dedicado espacio en los títulos de crédito iniciales. Salvo en un par de excepciones las voces respetan el producto original y funciona de manera graciosa con comunión con los personajes. Especialmente Florentino Fernández quien adaptó su voz de Sr. Maligno para este personaje y ya no cabe imaginar a Gru sin su estilo.

Puede que sea por la cantidad de entregas que lleva ya esta franquicia, pero parece que los minions pronuncian cada vez de un modo más legible. Curiosamente, aunque entendamos mejor a los esbirros amarillos esta es la entrega que tiene menor intencionalidad, es decir, que carece de moraleja. Para algunos puede que desmerezca la película pues estando destinada un público infantil ‘Gru 4. Mi villano favorito’ pierde la oportunidad de ser educativa. En el caso de otros muchos la apuesta por la simple aventura y la comedia física es más que suficiente.

Aunque está siendo un verano flojo en cines, levantado precisamente por un competidor directo como ‘Del revés 2’, fijo que habrá más entregas de ‘Gru. Mi villano favorito’ ya que estos personajes son el buque insignia de Illumination. Próximamente y dada su forma y la cantidad de productos que llevan estampados a los minions, no descartaría que viniesen en forma de supositorios. Mi apuesta para la siguiente fase, Gru como profesor o mentor, algo que aquí ya hace en parte.

Ficha de la película

Estreno en España: 3 de julio de 2024. Título original: Despicable Me 4. Duración: 94 min. País: EE.UU. Dirección: Patrick Delage, Chris Renaud. Guion: Mike White, Ken Daurio. Música: Heitor Pereira. Reparto principal (doblaje original): Steve Carell, Kristen Wiig, Joey King, Will Ferrell, Sofía Vergara, Miranda Cosgrove, Dana Gaier, Madison Skyy Polan, Steve Coogan, Pierre Coffin, Stephen Colbert, Chloe Fineman, Brad Abelson. Reparto principal (doblaje en castellano): Florentino Fernández, Patricia Conde, Dani Martínez, Xuso Jones, Ana Brito. Producción: Universal Pictures, Illumination Entertainment. Distribución: Universal Pictures. Género: aventuras, comedia, ciencia ficción. Web oficial: https://www.instagram.com/minions/

Reseña: ‘¡Universo! 1’

Argumento

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Uno de los empleados de una empresa que acaba de poner en marcha una máquina para viajar en el tiempo es enviado millones de años atrás, antes de la creación de mundo, con una misión marketing de alto calibre: tiene que sellar cada una de las partículas de materia que se generen con el logotipo de la empresa, con el fin de patentar el universo y que a su vuelta la empresa sea dueña del mundo. Ésta es la premisa de una de las historias que componen ¡Universo!, que apareció primero online en la plataforma digital Panel Syndicate y que fue nominado a los prestigiosos premios Eisner del cómic 2017, en la categoría de mejor cómic digital.

Misiones megalómanas antes del Big Bang, viajes a planetas lejanos en busca de otras especies inteligentes, desincronizaciones temporales, androides demasiado amorosos, insectos antropomorfos… Albert Monteys, más conocido por sus viñetas de humor político y social publicadas durante años en la revista El Jueves, siempre fue un apasionado de la ciencia ficción, y en ¡Universo! da rienda suelta a sus fantasías y sus miedos para crear relatos vibrantes de color y chispeantes de asombro cósmico.

Reseña

‘¡Universo!’ es un Big Bang que te revienta la cabeza en cada uno de sus relatos

Cuando uno escribe sobre la obra de alguien para una determinado grupo de personas ha de intentar ser lo más objetivo posible, pero seamos sinceros, es muy difícil serlo. Los gustos personales hacen complicado establecer esa línea entre la crítica estricta y las impresiones propias. Por otro lado nosotros no somos una web que reciba cómics de las editoriales para después poder reseñarlas ni somos un portal comprado por marcas para después brindar una opinión sesgada o sometida a un bien comercial, como dicen los creyentes «Dios nos libre de eso». Es más, todos los números que veis aquí comentados los hemos pagado de nuestro bolsillo, ‘¡Universo!’ en concreto a decir verdad lo recibí como regalo de cumpleaños. Es un cómic al que tenía muchas ganas de echarle el guante por lo que la expectativa era alta, el palo podía ser también muy fuerte si no estaba a la altura. Si os suelto todo este discurso previo es porque precisamente la obra de Albert Monteys va muy en relación con eso de no ser hipócritas y con eso de no creer en las grandes empresas, no todo es tan bonito como nos lo pintan.

Me habían hablado muy bien de este primer volumen de ‘¡Universo!’ y he de adelantar que no me ha decepcionado en su discurso. Desde el principio supone una crítica voraz al corporativismo. Es una muestra de cómo las masas pueden devorar o avasallar al individuo. Está repleto de ingeniosísimas historias. ‘¡Universo!’ Es capaz de sorprender con su originalidad. Porque al margen de la gran cantidad de puyas que arroja su autor y que podría haber aplicado en su época de El Jueves, supone una construcción de un universo de ciencia ficción totalmente nuevo, con sus reglas inéditas y su toque de humor genuino.

Es disparatado, satírico, mordaz. ¿Una empresa de muebles descubre como viajar por el tiempo y su director decide que lo mejor es viajar al momento del Big Bang a imprimir su logotipo en cada célula? Esa idea es tan loca como real, a algún avaro humano se le podría ocurrir. Sus planteamientos podrían etiquetarse tanto de majaderías como de posibles inventos y eso es a lo que llamamos ciencia ficción. En su construcción de un nuevo universo Albert Monteys realiza un recorrido casi antológico, inventa historias que nos dejan expectantes para una segunda parte, con ganas nuevos conceptos que reten a nuestra imaginación.

Monteys monta y desmonta a placer las viñetas. Estas se colocan o descolocan a favor de la narrativa de la escena que bien puede ser un mero manual de instrucciones o puede convertirse en la más truculenta escena de acción o quizá ser el más impactante espectáculo visual digno de una escena de Christopher Nolan. De ahí también su formato apaisado que le da a la obra la continuidad de una película, que para nuestra vista confiere mucha naturalidad a la hora de leer fluidamente.

Los colores que emplea son bastante vivos pero casi pastel. Una tonalidad muy rica de tintas para dar vida a este universo en el que Monteys nos muestra un avivado futuro que habla de nuestro deprimente presente. Sin necesidad de degradados digitales ni efectos tridimensionales el cómic tiene mucho volumen. Sus personajes y escenarios tienen unas figuras estilizadas muy redondeadas, pero también con algo de detalle, lo justo para remontarnos a un sabor clásico pero también para no olvidarnos que estamos ante un cómic de vanguardia.

Menos mal que he cogido el número uno más de un año después de su publicación, me va a tocar esperar menos al segundo. Habría sido una pena no haber podido tener en mis manos este volumen editado por Astiberri, es decir, que se hubiese quedado solo en formato digital, que fue el que le vio llegar a nuestro universo a través de Panel Syndicate. Esta obra que fue nominada a los premios Eisner (dentro de la categoría a mejor cómic digital) marcará la diferencia en muchas estanterías, no solo por su formato apaisado, sino también por su aguda concepción.

Ficha del cómic

Guion: Albert Monteys. Dibujo: Albert Monteys. Color: Albert Monteys.  Portada: Albert Monteys. Editorial: Astiberri. Datos técnicos: 208 págs., cartoné, color, 23.0 x 17.0 cm., Publicación: abril 2018. Precio: 18€.

Crítica: ‘El vicio del poder’

Sinopsis

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‘El vicio del poder’ explora la historia real jamás revelada sobre cómo Dick Cheney (Christian Bale) un callado burócrata de Washington, acabó convirtiéndose en el hombre más poderoso del mundo como vicepresidente de los Estados Unidos durante el mandato de George W. Bush, con consecuencias en su país y el resto del mundo que aún se dejan sentir hoy en día.

Crítica

McKay se consuma como un gran narrador y crítico de la Norteamérica contemporánea

Es un clamor que Christian Bale es un grandísimo actor, ya no solo por los premios que acapara, entre ellos un Oscar, sino por su capacidad para transformarse en otras personas hasta el punto de comprometer su propia salud o el aspecto de su cuerpo. Lo suyo más que una habilidad camaleónica son aptitudes de mímesis. Se mezcla con la historia de su personaje y con el entorno o reparto que ponen a su disposición. Esta vez, jugándose la salud hasta un límite opuesto al que llegó con ‘El maquinista’, sigue los pasos de uno de sus mentores, Gary Oldman, y se convierte en un político al que siempre hemos visto de buen año, Dick Cheney.

Bale es un tipo de extremos, de método. Aunque en ‘El vicio del poder’ le vemos con mucho maquillaje ha tenido que convertirse en un auténtico zampabollos para ganar peso. Con ese aspecto físico conseguido solo le quedaba calcar los ademanes del vicepresidente de George W. Bush hijo. Desde los andares hasta su tunante risa ladeada vemos al personaje hecho realidad. Pero no solo de Christian Bale es meritorio de ese logro. Otros actores como Sam Rockwell, Amy Adams o Steve Carell nos esbozan maravillosamente a las personas a las que interpretan, especialmente Rockwell que encarna ese sandio, embaucador y engreído que era Bush. Si la cinta deja claro que Bush llegó donde llegó por la gente que le rodeó también nos remarca que Cheney tenía en todo momento a su esposa que le aleccionó para llegar a las más altas esferas.

Ni de lejos esta película se apoya solo en sus intérpretes. ‘El vicio del poder’ es tan buena porque la ha elaborado un gran contador de historias. Si los estadounidenses son expertos en saber contarnos sus propias crónicas Adam McKay ya es un artesano en ese campo. Elabora un discurso bien estructurado, fácil de seguir y en muchos puntos revelador. Todos los actores de su equipo o han trabajado juntos o con el director en otras películas. Sobre todo hay que tener en cuenta el anterior título de Adam McKay, ‘La gran apuesta’, que tiene un carácter similar y que cuenta también con Bale y Carell.

La película está trabajada a través de la comedia y el biopic, desde una orientación política clara pero sin los métodos agresivos de un extremista. Es menos combativa que las obras Michael Moore pero desde su lectura también hace uso de una gran sátira. Se palpa mucha improvisación en las escenas, pero también premeditación en un guión en el que se reconoce ya una marca de la casa, un estilo reclamado por McKay. La complicidad del reparto también es evidente, imagino que el rodaje debe haber ido como la seda.

De antemano el director y guionista nos manifiesta con humor cuáles son sus intenciones e inclinaciones políticas, así como que hay algo de ficción en la cinta dada la inaccesibilidad de su protagonista. Pero por si acaso no queda claro en los post-créditos no los remarca. Espero con total sinceridad que esta película sirva para que en nuestro país muchos puedan hacer examen de conciencia, para que establezcan los claros paralelismos que tiene. Este filme nos habla de las responsabilidades de los políticos, de las repercusiones históricas de sus actos y decisiones, así como de aquellos que les votan. El título hace referencia no solo al ansia de poder de los mandamases, sino también del pueblo que escoge a quién le gobierna guiándose por la necesidad de nutrir su hambre de superioridad y supremacía sobre el resto del mundo o sobre quienes considera inferiores.

Otro puntazo a favor es su narrativa. Desde una tercera persona nos elaboran una biografía que por si resulta menos explicativa que ‘La gran apuesta’ está repleta de metáforas, tanto gráficas como orales. Veo este título mucho más fácil de seguir que el anterior estrenado por McKay y sus alegorías son del todo acertadas y aclaratorias.

En ‘El vicio del poder’ vais a recorrer las etapas de Nixon, de Bush padre, de las elecciones con recuento de votos, del 11-S, de la segunda guerra de Irak… En estos dos últimos tramos que menciono el filme pierde mucho su sarcasmo y hace peligrar su ritmo. Muy importante es también que trate temas personales como los infartos de Cheney, por algo que no quiero desvelar para no quitarle gracia y porque el propio director sufrió uno antes de finalizar el filme e insertó imágenes de su intervención en la película.

Este nuevo estreno que ya tiene varias nominaciones en los Globos de Oro nos da brillantes momentos. Entre ellos una gran escena en la que hace una breve aparición Alfred Molina. En ese momento vemos con meridiana efectividad la sátira y crítica de McKay. Con esta mención quiero hacer énfasis en el tono sarcástico del filme, en su búsqueda de remover conciencias sin dejar nada al azar y en su denuncia hacia el ciudadano medio que mira con indiferencia y anestesia los actos evidentes de destrucción que tiene ante él. Comedia histórica que no os debéis perder.

Ficha de la película

Estreno en España: 11 de enero de 2019. Título original: Vice. Duración: 132 min. País: EE.UU. Dirección: Adam McKay. Guion: Adam McKay. Música: Nicholas Britell. Fotografía: Greig Fraser. Reparto principal: Christian Bale, Amy Adams, Steve Carell, Sam Rockwell, Tyler Perry, Eddie Marsan, Jesse Plemons, Naomi Watts, Alfred Molina. Producción: Gary Sanchez Productions, Plan B Entertainment, Annapurna Pictures. Distribución: eOne Films. Género: drama, biográfico. Web oficial: https://www.vice.movie/

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