Crítica de ‘Secretos de un matrimonio’

Tras las deprimentes bambalinas de un matrimonio en crisis

La miniserie ‘Secretos de un matrimonio’ viene a unirse al catálogo de HBO a partir del próximo 13 de septiembre. Cuidado con no confundir con ‘Historia de un matrimonio’ que es la de Netflix y aunque tienen cosas en común tanto su tratamiento como su historia son bastante diferentes.

‘Secretos de un matrimonio’ surge de una obra de Ingmar Bergman, de hecho su hijo Daniel Bergman figura como productor ejecutivo de la serie. Pero más que una adaptación diría que esta es una actualización de la obra que lanzó para televisión el famoso cineasta sueco en 1974. No he tenido oportunidad de verla pues no está disponible en ninguna plataforma pero me consta que en la original dos personas comienzan a cuestionarse su relación tras ver a una pareja de amigos discutir en una cena. Como poco esta serie introduce una referencia a eso en uno de los episodios.

Vida ordinaria, normalidad, común. Son adjetivos que le pegan a esta serie. Y es que la trama nos lleva a la historia de una pareja que se está desmoronando. Aunque más adelante repetiré que me ha aburrido soberanamente hay que reconocer que está bien hecha si lo que se pretende es ponernos en la piel de alguien que espía a dos personas mientras estas se encuentran en un bucle de complicidad, cariños, tensiones, discusiones, peleas y sexo y vuelta a empezar.

‘Secretos de un matrimonio’ habla mucho de la ruptura del techo de cristal bajo el que se encuentran a menudo las mujeres. Se hace hincapié en que en la pareja que interpretan Jessica Chastain y Oscar Isaac ella es la que trabaja más y lleva más dinero a casa. Pero más allá de eso sirve como manual para aquellas parejas que apenas hablan. Y es que la serie son charlas y más charlas, discusiones y más discusiones. Es totalmente conversacional y apenas tiene momentos que dependan de la acción. ¿Por qué digo que es como un manual? Pues porque a menudo descubrimos que en las relaciones no se habla, básicamente la gente se guarda sentimientos, pensamientos y secretos. Y así ha sucedido, que tras el confinamiento aumentaron las rupturas, aunque un buen dato es que los divorcios consensuados son más frecuentes.

No es la primera vez que el israelí Hagai Levi, creador de la serie, se mete en una historia de parejas o terapias. Es indudable que ha adoptado un sobrio estilo sueco y aunque no nos abrace con un drama existencialista si nos plantea como puede estar maquillada o tolerada una profunda crisis. Los protagonistas son dos cuarentones que se convierten en padres y se replantean su convivencia. La historia nos lleva por distintas etapas de ese conflicto sin apenas artificios visuales, lo cual hace de ‘Secretos de un matrimonio’ algo aún más monótono y en consecuencia realista.

El único mérito narrativo de esta serie es el que revela que ha sido rodada en época COVID. Así lo descubrimos pues cada episodio empieza mostrando al equipo de rodaje trabajando tras bambalinas, entre asistentes, técnicos, dobles de iluminación… Todos con mascarilla. Una manera de empezar con un plano secuencia estupendo que nos indica que nos vamos a colar en las bambalinas de una pareja, pero que después queda deslucido.

Soy de los que piensan en que la risa es más poderosa y que es mucho más difícil hacer reír que llorar. Por eso soy de los que llegan hasta a aborrecer las historias lacrimógenas. Por mucho que se edulcore o maquille el final es el caso de ‘Secretos de un matrimonio’. Que si, que está muy bien interpretada pero que tiene poco más objetivo que dejar un reguero de lágrimas, deprimente.

Crítica de ‘La Guardia’

Cualquier atisbo de épica en este equipo de seres fantásticos es pura casualidad y nos encanta

Muchas son las ramificaciones o sagas ambientadas en el Mundodisco que creó Terry Pratchett. ‘La Muerte’, ‘Revolución industrial’, ‘Los Magos’, ‘Las Brujas’… Nombres de series de novelas que pueden dar para infinidad de adaptaciones. La que finalmente ha sido escogida para transformarse en una serie es la que se llama ‘La Guardia’, una de las más icónicas, y el próximo 16 de abril podréis comenzar a verla en Movistar+, en Seriesmanía.

He de reconocer que tengo una gran asignatura pendiente, una troncal. Soy lector habitual y controlo la obra de Tolkien, Paolini, Salvatore, R.R. Martin, Rothfuss, Hickman y Weis… Vamos que me gusta la fantasía. Pero también soy un gran seguidor de la ciencia ficción, por eso he de confesar que el no haberme acercado aún a la obra de Pratchett se puede considerar un pecado. El autor mezcla géneros y tiene fama de “burlarse” de ellos de tal modo que su combinación de imaginación y humor engancha al lector. Tras su muerte nos dejó una extensa obra que estoy seguro que poco a poco irá alcanzando al público general, dejando de ser solo una obra de culto y siendo objeto de adaptaciones, realizadas ya sea por verdaderos seguidores del autor o simplemente por productoras escasas de ideas.

Si nos ceñimos a lo que es solamente la serie de ‘La Guardia’ hay que enmarcarla dentro del género policial y fantástico. Está en la línea de muchas series como ‘Bones’, ‘Castle’… Pero tengamos en cuenta que la novela (publicada en el 89) ya tenía este carácter humorístico mezclado con pesquisas detectivescas. Sinvergonzonería y sátira no le pude faltar a esta serie que en buena parte tenía que hacer parodia del género y que se lo lleva todo a toques más… punk. Seguro que os gusta u os suena el estilo de la serie si habéis visto otra adaptación de una de las obras de Pratchett pues esta no es la primera. ‘Good Omens’ es una de sus creaciones, no estaba ambientada en el Mundodisco, pero si cargada de su personalidad entremezclada con el talento de Neil Gaiman.

‘La Guardia’ nos cuenta como en una peligrosa ciudad, llamada Ankh-Morpork, reina el crimen organizado y ha quedado carente de sentido el cuerpo de policía, llamado La Guardia. El capitán de ese grupo de peculiares agentes es Sam Vimes, el cual está muy bien interpretado por Richard Dormer, el carismático Beric Dondarrion de ‘Juego de Tronos’. En este mundo de enanos, goblins, dragones y alquimistas él es un humano que intenta ahogar en alcohol un pasado turbulento, que se respalda en un grupo formado por un chico criado por enanos, un troll, una mujer-lobo… Toda una camarilla digna de una partida de rol que pone en ridículo cualquier concepción de equipo épico tipo La Compañía del Anillo.

Aunque la comisaría tiene cierto parecido estructural con la de ‘Gotham’ e incluso su tono oscuro puede recordar a la serie de Bruno Heller, la dinámica de ‘La Guardia’ puede considerarse más similar a la de series como ‘Doom Patrol’. Tenemos unos personajes que no son del todo buenos, que tienen capacidades especiales que usan de manera un tanto autodestructiva o ridícula, que no son un ejemplo a seguir precisamente… Y aún así se les coge un cariño especial. Además no es raro que la serie nos deje rallados con algunas de las majaderías que se atreve a llevar a cabo.

Por lo que tengo entendido el tono y las sensaciones si son muy similares a las de las novelas, pero me consta que hay cambios con respecto al original que han levantado las suspicacias de Rhianna Pratchett y de Neil Gaiman, hija y amigo del autor. En esto de las adaptaciones ya sobra decir que hay cambios de sexo en personajes, que algunos roles se han entrecruzado o que incluso ni se parece el vestuario. No sé si esto altera en exceso el espíritu original de los libros, quizá no tanto como para perder el título de “adaptación”. Diría que le falta incrementar su complejidad, pero al margen de eso como serie ‘La Guardia’ funciona fantásticamente. Y desde mi desconocimiento de estas novelas pero si desde mi admiración a ‘The Sandman’ pregunto, ¿los góticos que aparecen en esta serie podrían ser un guiño Muerte y Sueño de Gaiman?

Aunque en esta serie desarrollada por la BBC está presente la famosa Muerte de las novelas de Mundodisco y parece que será un personaje recurrente, me da la impresión de que ‘La Guardia’ es un estupendo entretenimiento para quien busque una nueva e imaginativa serie, pero una fuente de enojos para los lectores más acérrimos. Si sigue esta línea y la audiencia la respalda seguro que vamos a disfrutar mucho tiempo de esta producción. E incluso agradeceremos que adapten otros arcos argumentales que se crucen y nos lleven por los confines del Mundodisco a lomos de la tortuga y los elefantes.

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