Crítica: ‘Se busca millonario’

Una historia local que retrata las codicias humanas

El próximo 7 de julio podréis ver en HBO Max la serie documental ‘Se busca millonario’. Una producción junto a Unicorn Content (‘Dolores: la verdad sobre el caso Wanninkhof’) que en tres episodios de casi una hora nos relata un suceso local que transgredió a las primeras planas nacionales pero que paulatinamente cayó en el olvido, sin haberse resuelto aún hoy en día.

El opening de la serie podría ser el anuncio de la lotería de estas navidades si este reflejase realmente el espíritu de ansia de dinero que despiertan los juegos de azar. ‘Se busca millonario’ nos devuelve a esa naturaleza codiciosa que hace que surjan las mentiras y que incluso aquellos que mienten se crean sus propios embustes hasta estar plenamente convencidos de ellos. Esto sucedería ahora y sucedió en 2012. Por entonces hubo quien acertó los números de La Primitiva pero no reclamó el premio. El boleto apareció en una administración coruñesa, presuntamente olvidado por alguien en el mostrador y ateniéndose a una norma que data del siglo XIX acabó bajo la responsabilidad del Ayuntamiento de A Coruña. El por entonces alcalde, Carlos Negreira, recibió el encargo de encontrar al ganador y aún hoy en día no se ha esclarecido a quien corresponden los casi 5 millones que se han incrementado a causa de los intereses.

Falacias, cambios de declaraciones, muertes, corruptelas… Este sería un caso ideal para Poirot o similares. Pero todo parte, así nos lo hace ver el documental, de la labor periodística de Alberto Mahía Rilo (La Voz de Galicia). Hubo mucho más de lo que nos llegó en los noticieros nacionales y fue más de lo que sucede siempre cuando los periodistas, abogados y bancos como crápulas se echan encima de este tipo de historias. Lo más interesante son las incongruencias detectadas en la investigación y por supuesto las teorías de aquellos que reclaman el premio como suyo. ‘Se busca millonario’ revela una vez más como el ser humano es capaz de agudizar el ingenio y de hacer actuaciones de Oscar. Además de intentar arrojar luz sobre este suceso la serie sirve como retrato de nuestra sociedad y de cómo el dinero envilece.

Sucesos, incongruencias, fallos en la custodia… Todo es sospechoso y excesivamente retorcido ya que el tiempo ha emponzoñado la verdad. Todo vale, agarrarse a casualidades numéricas, tirar de anclas emocionales… A veces parecen excusas y razones más cercanas al “mi perro se comió los deberes” que a historias cimentadas en pruebas comprobables y empíricas. De hecho, la prueba y el alegato de más peso que tiene cada uno de los demandantes/reclamantes es que los otros tampoco tienen pruebas. Para ello el documental enfrenta en un círculo de confesiones a los candidatos más destacados que aún viven. Sus historias son escenificadas con maquetas y recreaciones. Menos el caso de uno de ellos que está narrado en el segundo episodio con un dramatismo digno de un corto experimental.

Quizá lo adecuado habría sido sacar este documental cuando todo esté resuelto ya que hoy por hoy es un caso a la espera de dictamen judicial. Cuando salió todo en La Voz de Galicia se evitó que fuese un caso olvidado o que pasase de tapadillo, pero también produjo aún más desconcierto pues aparecieron los oportunistas como langostas. Nunca sabremos si eso entorpeció o aportó a la investigación. Ahora que sale ‘Se busca millonario’ yo no descartaría que surgiesen más arribistas, si yo fuese policía en A Coruña me iría preparando para recibir a más supuestos ganadores. Ahora bien, la docuserie remarca que ya hay dictamen, según el criterio de los policías que llevaron el caso durante casi una década. Pero también que cabe la posibilidad de que suceda lo que temen muchos de los que se declaran propietarios, que al final sea para nadie y paguen justos por pecadores.

Reseña de ‘El visitante’, de Stephen King

La novela en la que se basa la serie de HBO

El próximo 13 de enero HBO España estrena ‘El visitante’. Una nueva serie de 10 episodios extraídos de la novela de Stephen King publicada en 2018. El relato nos habla de las indagaciones para resolver el brutal asesinato de un niño. Habiendo leído el libro puedo decir que el casting está muy acertado pues se ha escogido a Ben Mendelsohn como uno de los detectives protagonistas, a Cynthia Erivo como una eficiente investigadora, a Bill Camp como un justo y entregado abogado o a Jason Bateman como Terry Maitland, el principal sospechoso, pero objetivo de unas extrañas circunstancias.

Sobre todo en su inicio se lee muy bien ya que nos mantiene alternando el presente de los protagonistas con las declaraciones o los interrogatorios que el detective protagonista ha realizado. Después también se hace bastante ágil saltando de un personaje a otro. Por último el relato se torna tedioso pues seguimos solo a un par de personajes que indagan las pistas de «el visitante» y es entonces cuando nos tenemos que rendir ante el hecho de que esta solo es una historia de investigación con una leve sombra de misterio fantástico. Este era un libro esperanzador que parecía que nos iba a devolver al King ingenioso pero realmente es la obra de un escritor que se aventura una vez más en un campo que no es exactamente el suyo.

En lo que más ha profundizado King es en los pormenores de las pesquisas en torno a un asesinato desgarrador y macabro. Explora muy bien las consecuencias personales y sociales que se producen a partir de la detención de uno de los protagonistas y el desconcierto que sufren otros de ellos al encontrarse pruebas contradictorias. Pero no deja de ser un drama policíaco. Supongo que para darle más gancho se hará que «el visitante» interactúe más en la serie televisiva, si no los episodios serán poco más interesantes que un episodio de CSI o como mucho tan intensos como ‘True Detective’. Esto es porque la novela consiste poco más que en reunir pruebas, esperar resultados de laboratorio, encajar el puzle, sustraer información, suavizar el dolor de las víctimas…

Solo al final se enfrentan cara a cara con lo sobrenatural, pero tan al final que nos quedan unas cien páginas, de casi seiscientas que tiene ‘El visitante’. Todo para acabar desembocando en una especie de evento Fringe con reminiscencias del «ka» que a tantos seres atrae en ‘La Torre Oscura’ o de ‘El resplandor’, adaptación cinematográfica de la que por cierto King aprovecha una vez más para decir pestes. El final de la novela cumple los tópicos del escritor de Maine, sigue las pautas de novelas tipo ‘IT’, con reunión de todos los implicados y desafío a lo sobrehumano. No es el único elemento que emplea de esa novela, también el hecho de acabar con niños o emplear a humanos como herramienta disuasoria de sus crímenes es algo que hemos visto en la historia de Pennywise.

Me ha dejado con poco sabor a Stephen King en el sentido de que raya mínimamente lo fantástico. Muy Stephen King cuando sabemos que puede ser muy crudo, dramático y retorcido aunque lo que tengamos entre manos sea una historia con niños de por medio.

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