Crítica de la temporada 2 de ‘The Umbrella Academy’

El paraguas se despliega en el tiempo y se abre de nuevo cubriéndonos con una divertida trama

Desde el día que supimos de la adaptación a serie de ‘The Umbrella Academy’ quisimos hacerlo saber pues el cómic de Gerard Way y Gabriel Bá (reseña aquí) es una locura la mar de divertida, normal que tenga un Eisner. La primera temporada nos dejó satisfechos pues, aunque no calcase lo sucedido en el cómic resultó ser una buena traslación que ha sabido conservar la extravagancia, hilaridad, despreocupación y violencia de sus personajes.

Esta segunda temporada, que se estrena el 31 de julio en Netflix, conserva el espíritu alocado, imaginativo y absurdo. Mantiene ideas retorcidas y malsanas aderezadas con humor, aportando aún más notas de diversidad. El objetivo final de esta temporada es el mismo que el del último volumen del cómic pero los tiros de los episodios, literalmente, van por otros caminos. En el cómic el final es distinto y se ha cambiado para caer un poco en redundancias. Tampoco podrían haber repetido exactamente el final de la colección ya que cambiaron la raza de uno de los personajes y eso ha hecho inviable incluirle en un determinado punto clave de la historia de Estados Unidos.

‘The Umbrella Academy’ regresa retomando la historia justo en el final de la anterior. Viajamos al pasado pero nos adelantan que hay un cambio en la historia. Esta primera secuencia y algunas posteriores nos pueden recordar a ‘The Man in the High Castle’, ‘X-Men. Días del futuro pasado’ o incluso a ‘Watchmen’, sobre todo cuando vemos que de nuevo el reloj del apocalipsis está a punto de llegar a las 12. Aún así, línea temporal nueva o no, hay unos cuantos sucesos que parten de hechos totalmente verídicos.

Los hermanos Hargreeves se las tienen que apañar cada uno por su cuenta al estar desperdigados y por supuesto se entremezclan como buenamente pueden con los elementos característicos de la USA de mediados del XX, como la lucha de los derechos de los afroamericanos, las sectas, los mafiosos, la Guerra Fría o la saga de los Kennedy. Puede cansar que siendo Netflix nos podemos ver venir a los lejos lo que va a pasar porque siempre quiere meter con calzador determinadas temáticas, lo cual se suele cargar muchas tramas. Pero los personajes están tan bien llevados que te diviertes igualmente.

La segunda parte de ‘The Umbrella Academy’ utiliza un misterio famosísimo de la historia para elaborar en torno a él todo el hilo argumental y conseguir así una serie de sucesos causales. El guión no es excesivamente intrincado pero sabe usar a su favor ciertos eventos que nos aportan nuevos personajes que ayudan además a desarrollar la personalidad de los protagonistas y descubrir algunos de sus intríngulis.

Narcisistas, heróicos, resignados, derrotistas, deprimidos… Vanya, Luther, Klaus, Cinco, Ben, Allison y Diego conservan su frescura. Personajes que al margen de ser muy diversos son totalmente diferentes entre sí y están condenados a entenderse. Ese aspecto como siempre nos trae gran parte de la diversión de la serie. Sobre todo en esta temporada la comedia vuelve a aportar Klaus (Robert Sheehan) que sigue siendo tremendamente alocado dentro de su incansable depresión. Por otro lado me sigue fascinando el personaje de Cinco (Aidan Gallagher) pues continúa haciendo un papelón muy carismático y en esta temporada da la sensación de que tiene más protagonismo. Esta puede parecer una serie muy tontorrona con todos sus desvaríos, pero hacer el papel que hace él con 14 años se me antoja prometedor.

La primera temporada tenía también a unos villanos que eran pura guasa, Hazel y Chacha. En esta ocasión se incorporan algunos nuevos perseguidores, unos suecos bastante soseras. Aunque son lo suficientemente peculiares como para incluirlos en la serie no tienen el gancho de Hazel y Chacha. Por supuesto también está el particular “Ministerio del Tiempo” llamado La Comisión, a parte de alguna cosa nueva que nos descubren.

Os podréis imaginar que hay nuevos personajes y sorpresas, algunos inspirados en el cómic otros totalmente nuevos derivados también de las variaciones introducidas en la temporada anterior. También tenemos información nueva sobre los ya conocidos. Nos sueltan alguna perla a cerca de la verdadera personalidad de cierto personaje protagonista que en los cómics ya se evidenció.

Steve Blackman continúa gestionando series tan buenas como ‘Altered Carbon’ o ‘Fargo’, está claro que ‘The Umbrella Academy’ demuestra de nuevo que tiene buen ojo para sus adaptaciones. En esta segunda temporada ha contado con directores/as como Sylvain White (‘Slender Man’), Stephen Surjik (‘The Punisher’), Tom Verica (‘Scandal’), Ellen Kuras (‘The son’), Amanda Marsalis (‘Ozark’) y Jeremy Webb (‘Merlin’, ‘Altered Carbon’) que se ha encargado de cerrar.

Precisamente el final de esta segunda etapa de ‘The Umbrella Academy’ es uno de los problemas de la serie. Finaliza con una secuencia que parece una cacería al más puro estilo Fornite con toques de X-Men. Es algo pobre a nivel argumental y además no acaba de darle empaque o justificación a una de las tramas principales en las que inciden una y otra vez. Sirve sobre todo para dejarnos con varios puntos abiertos que deberán resolverse en una tercera parte.

A parte de eso el montaje a veces se ve torpe. Hay cortes o escenas algo inconexas que requieren explicación o hacer ejercicio de imaginación para determinar cómo se ha llegado a ese punto. Pasa sobre todo en el cuarto episodio.

Si no sabes como resolver una situación usas a tu componente viajero en el tiempo para reescribirlo todo. Eso es lo que hacen varias veces en esta temporada. Al menos el tono cómico de la serie hace que se resuelva una paradoja de un modo gracioso y con una serie de reglas bastante chistosas.

No hay que olvidarse de la música. De nuevo ‘The Umbrella Academy’ es muy musical y con ello rinde culto a la cultura popular. No hay que olvidarse que el guionista del cómic, Gerard Way, es miembro de My Chemical Romance. Oímos varias covers de canciones famosas adaptadas a determinadas escenas. Hay una versión del ‘Crazy’ de Gnarls Barkley o una variación en sueco de ‘Hello’ que canta My Kullsvik. Pero es que también hay escenas o tomas que son claros homenajes a ‘Terminator’, ‘Oldboy’ o ‘La vida de Brian’, quizá la más reconocible la que imita a Brad Pitt en ‘Snatch’. Todo buenos referentes.

Crítica de la primera temporada de ‘Altered Carbon’

El cyberpunk de ‘Altered Carbon’ hará que os enfundéis horas seguidas en vuestro sofá y manta.

Desde hoy mismo, 2 de febrero de 2018, podéis empezar a ver ‘Altered Carbon’ en Netflix pues acaba de ser lanzada esta serie de 10 episodios en la plataforma digital. Una nueva historia de ciencia ficción que nos narra la investigación que tiene que llevar a cabo el soldado Takeshi Kovacs (Joel Kinnaman) por encargo del ricachón Laurens Bancroft (James Purefoy). Lo más curioso es que Brancroft le pide a Kovacks que investigue su propio asesinato y que este acaba de ser despertado de su letargo de varios cientos de años. Todo esto es debido a que en este futuro, para algunos distópico para otros no, las personas llevan en su cuello una pila o disco que les permite pasar de un cuerpo a otro después de morir.

Podemos haber visto muchas series futuristas, pero lo que os vais a encontrar en ‘Altered Carbon’, sin querer decir que esta sea el culmen, no tiene parangón, por lo menos en el panorama de series actual. Para un seguidor de la ciencia ficción cumple todos los requisitos, hace malabares con los cánones más típicos pero a su vez no se ceba en los tópicos. Humanidad interplanetaria, mega-urbes infinitas oscuras y abarrotadas, inteligencias artificiales, coches voladores, debates y soliloquios existencialistas, gente con implantes y mejoras técnicas, personas cambiando de cuerpos para alargar su existencia… Es un despliegue muy intenso de elementos pero también hay que reconocer que en ocasiones carga al intentar pasarse de provocadora.

La cuestión es que está pensada para que sea una orgía cibernética. Todas las mejoras tecnológicas son plausibles y la mayoría se nos han pasado por la cabeza e incluso podrían haber formado parte de un episodio de ‘Black Mirror’. A parte de la pila que permite transferirse de un cuerpo a otro el imaginario de la serie nos ofrece teléfonos en el ojo, pagos mediante ADN, reestructuración facial a capricho, miembros electromecánicos…

El presupuesto de esta serie debe haber sido elevadísimo o tiene que haber contado con un equipo de talento excepcional por que la calidad de del diseño de producción es asombroso, principalmente en la recreación de la ciudad. El personal de la serie no ha tenido problema en ofrecernos panorámicas y tomas de todo tipo para ambientar cada secuencia, con todo lujo de detalles y alta calidad. Pero no solo eso, el diseño de escenarios, trajes y objetos es excelente. Cada nuevo lugar y personaje esconde una nueva filigrana y sorpresa tecnológica en él. No tanto su banda sonora que debería haber formado parte de cada sujeto, época y lugar y por el contrario en ocasiones flaquea e incluso llegas hasta a olvidarte de que está ahí.

Desde su mismo opening, que ya nos muestra el símbolo del infinito como muestra de la inmortalidad, nos  recuerda a clásicos como el ‘Deus ex’ o ‘Ghost in the Shell’. Y es qu e es inevitable encontrar paralelismos visuales cuando se toca una estética tan marcadamente cyberpunk. Un claro ejemplo es la modernizada ciudad de San Francisco (Bay City como se llama en este hipotético futuro) que os recordará en muchas ocasiones a Los Ángeles de ‘Blade Runner’. Se ven influencias y guiños inconfundibles. Incluso la trama tiene similitud con una de las historias de ‘Sin City’.

La acción es otro de los puntos que pretende explotar esta creación de Laeta Kalogridis (‘Shutter Island’). Es muy cruda, salvaje y contundente. Tanto sus peleas como sus tiroteos son muy sanguinolentos. Pero no solo eso, los protagonistas no tienen reparo en mancharse las manos de sangre, tanto figurada como literalmente. Las coreografías son mejorables pero están bastante trabajadas.

Al narrar la historia de un personaje descongelado se enumeran muchos momentos de su vida pasada. Es por eso que vemos bastante de lo que vivió en su anterior funda (como se llama a los cuerpos) y podemos decir que tanto el pasado como el presente del protagonista son harto interesantes. Hay algo de novela negra y de cine acción entremezclado. Se introducen una buena cantidad giros, algunos capaces de sorprender, cosa que no es fácil con todas las ficciones que consumimos hoy en día. Debida a esta condición la temporada tiene algunos episodios que sirven de elipsis, pero no se emplean solo para ofrecer un descanso al espectador, abarcar aspectos del pasado de los personajes o aliviar el ritmo de la serie ya que también se hace progresar la narración de esta. No os vais a aburrir en ninguno de os diez capítulos.

Joel Kinnaman con sus 1,89 metros de altura está mucho más imponente y creíble que en desastres como ‘Robocop’ y ‘Escuadrón Suicida’. Con este trabajo creo que si no se reivindica como poco se absuelve, al menos para mí que no le he visto en ‘House of Cards’. Tampoco esta manco su otro yo en el pasado, el cual está interpretado por Byron Mann (‘La gran apuesta’). Pero si hablamos de la lucha y de los personajes es inevitable hablar de Martha Higareda (‘Dueños de la calle’) me ha sorprendido gratamente por como se ha desenvuelto en las peleas y por como ha hecho suyo el personaje. Sorprendente ha sido también encontrarse con un Poe virtual interpretado por Chris Conner (‘American Crime Story’) ejemplar que sirve como muestra de que este género puede mezclar el humor y usar este tipo de recursos a su favor de una manera correcta.

Sin duda echaré mano a la novela de Richard K. Morgan en la que se basa para compararla con la serie. Pero las expectativas ya son altas pues los diez episodios que ha creado Laeta Kalogridis me han dejado más que satisfecho y me gustaría tener una segunda temporada. Si como en esta ocasión cuenta tras las cámaras con gente como Nevin Densham (‘Héroes Reborn’), Steve Blackman (‘Fargo’), Brian Nelson (‘Hard Candy’), Nick Hurran (‘Dr. Who’), Uta Briesewitz (‘Orange Is the New Black’), Alex Graves (‘Juego de Tronos’), Andy Goddard (‘The Punisher’), Peter Hoar (‘Daredevil’)… por donde iba… ah si… que con esta gente yo encantado.

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