Crítica: ‘Vida perfecta’ segunda temporada

Leticia Dolera y su perfecta manera de contar historias

Que ganas de volver a ver a estas tres mujeres tan imperfectas y tan perfectas. Por fin este 19 de noviembre vuelve a nuestras casas gracias a Movistar+ la segunda temporada de ‘Vida perfecta’. Ya os hablamos de su primera parte en 2019 y la verdad que nos gustó mucho. Aquí podéis leer nuestra crítica.

Hemos tenido la oportunidad de ver al completo la nueva temporada y si he tardado un poquito más en escribir la crítica ha sido porque los he visto con tranquilidad y disfrutando cada uno de los episodios.

De nuevo tras las cámaras encontramos a Leticia Dolera, la cual se ha encargado también del guion junto a Manuel Burque. Vuelve a traernos temas «tabú». Si los pongo entre comillas porque aunque debería ser algo normal hablar de estos temas, terminan siendo algo que no gusta ni mencionar. Y es que la depresión postparto es uno de esos tabúes y es uno de los temas principales de esta nueva temporada. Además de el amor, la amistad, el avanzar y seguir hacia adelante pese a todas las malas rachas que puedan venir.

Me gusta mucho la manera de contar historias de Leticia Dolera. Mucha gente la atacará de que siempre habla sobre lo mismo y puede que sea verdad. Pero al fin y al cabo es de las pocas personas que se lanzan a escribir sobre estos temas y lo hace de una manera bastante natural.

La evolución de los personajes me gusta mucho. María, ella que tenía tan claro ser madre soltera, que iba ser perfecta y que era algo que quería se ve de repente sumida en una gran depresión que no puede controlar y que niega constantemente. Es maravilloso como poco a poco vuelve a quererse e intenta luchar para seguir avanzando dentro de su vida imperfecta.

Esther (Aixa Villagrán) en esta temporada está en un mar de dudas, es feliz, muy feliz y a la vez el avanzar la da un miedo terrible. Ese salto a lo desconocido que está a punto de dar la hace ser un mar de nervios.

Mientras que Cristina (Celia Freijeiro), aunque es la que menos evoluciona, su situación se veía venir y poco a poco intenta aceptarla como puede.

En cuanto a los protagonistas masculinos, Gari (Enric Auquer) en esta temporada le vemos frustrado por culpa de su discapacidad. Aunque el siempre se ha aceptado el ser padre se le está haciendo duro al no poder estar al 100% con su hijo.

Mientras que Xosé (Manuel Burque) y Pablo (Font García) van a sufrir, cada uno a su manera por amor.

Como siempre la fotografía, el color escogido para la serie es muy bonito. Imágenes sencillas con colores fríos que hacen que lo que realmente importe son las interpretaciones y la historia que nos están contando.

No sé si tendremos una tercera temporada, pero la verdad que no me importaría, porque me he quedado con ganas de mas.

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