Crítica: ‘I wanna dance with somebody’

Sinopsis

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‘I Wanna Dance with Somebody’ es una celebración poderosa y triunfal de la incomparable Whitney Houston. Dirigida por Kasi Lemmons, escrita por el cuatro veces nominado al Oscar, Anthony McCarten, producida por el legendario ejecutivo musical Clive Davis, y protagonizada por la ganadora de un premio BAFTA, Naomi Ackie, la película es un retrato sin reservas de la compleja y multifacética mujer detrás de La Voz. De niña del coro en Nueva Jersey a una de las artistas más superventas y premiadas de todos los tiempos, el público se embarcará en un viaje inspirador, conmovedor y muy emotivo, a través de la vida y la carrera de Houston, con actuaciones sorprendentes y una banda sonora con los éxitos más queridos de este icono universal como nunca antes se habían escuchado. Don’t you wanna dance?

Crítica

Un retrato ineficientemente adulador de un mito de nuestros tiempos

Ahijada de Aretha Franklin, cantante de récord, voz inconfundible, mujer de esas que rompieron techos de cristal… te guste el género musical que te guste no puedes negar que Whitney Houston es una de las cantantes más importantes de nuestra historia contemporánea. En lo que se refiere a música (e incluso a cine) es todo un referente generacional. La Voz se apagó justo hace 10 años de una manera un tanto polémica, al fin y al cabo, ninguna personalidad de talla mundial se libra de teorías conspiranoicas o de rumorologías. Pero el filme de Kasi Lemmons respeta la imagen de la cantante, aunque tampoco se deja detalles escabrosos. Las diferencias con su padre o el enganche a la cocaína no ensombrecieron la forjada imagen de diva del canto y la película no descuida eso. ‘I wanna dance with somebody’ es un retrato adulador de una grande de nuestros tiempos pero no consigue ponerla donde merece.

La película lleva el título de una de sus canciones más conocidas pero no se queda solo con esa. Todo el filme es un sin parar de hits que llevaron a Houston a batir los récords de The Beatles, Elvis o Michael Jackson. Son más de dos horas de película que parece un casete de variados grabado de la radio. El gran problema es que acabamos saturadísimos de escenas videocliperas de baja calidad que además explotan una y otra vez el mismo giro de cámara en torno a la cantante. Y entre tanta recreación se intenta dar una de cal y una de arena, pero está claro que ‘I wanna dance with somebody’ es un largometraje con una clara perspectiva de fan (que no me parece mal) pero se queda en tierra de nadie y al final no ofrece un justo retrato. Esta vez Anthony McCarten, guionista de ‘Bohemian Rhapsody’, no ha escogido bien el material.

Dado su éxito Houston se relacionó con los mejores, tanto con aquellos que influyeron en su estilo y carrera como con los que bebieron de su arte. Esto no está reflejado en la película y habría sido algo mucho más interesante que ver las imaginadas discusiones con sus parejas, por ejemplo. Es de esas películas en las que solo los cartelones finales hacen más justicia a la figura a tratar que todo el metraje precedente.

Naomi Ackie interpreta a la cantante y actriz sin ningún parecido físico y con el mayor logro de hacer un buen playback ya que casi la totalidad de lo que oímos es la voz auténtica de Houston. De todo el reparto quien peor o más superficial está es Ashton Sanders como un suavizadísimo Bobby Brown. Casi que el mejor de todo ‘I wanna dance with somebody’ es un Stanley Tucci en un papel que podría haber sido perfectamente Florentino Pérez. Y es que el maquillaje también deja mucho que desea pues los personajes apenas cambian con el tiempo. Tamara Tunie, quien interpreta a Cissy Houston, no envejece en toda la película.

Lo único que si deja clara la película es que La Voz vivió constantemente sometida a grandes presiones. A la de ser mujer, a la de ser afroamericana, a la de vivir dentro de una familia muy religiosa, a la de ser un ídolo de masas, a la de amar a otras mujeres… No atina el filme a reflejar cuán dañino es eso salvo en una enternecedora escena junto a Tucci. Es una pena el desgaste de metraje y el fallido homenaje, siendo Whitney Houston como es, un mito de nuestra historia reciente.

Ficha de la película

Estreno en España: 21 de diciembre de 2022. Título original: I Wanna Dance with Somebody. Duración: 146 min. País: EE.UU. Dirección: Kasi Lemmons. Guion: Anthony McCarten. Música: Chanda Dancy. Fotografía: Barry Ackroyd. Reparto principal: Naomi Ackie, Ashton Sanders, Stanley Tucci, Clarke Peters, Nafessa Williams, Tamara Tunie, Lance A. Williams, Bria D. Singleton, Kris Sidberry. Producción: Compelling Pictures, Black Label Media, Muse of Fire, Primary Wave Entertainment, TriStar Pictures, West Madison Entertainment. Distribución: Sony Pictures. Género: drama, biográfico. Web oficial: https://www.sonypictures.com/movies/iwannadancewithsomebody

Crítica del live action de ‘Cowboy Bebop’

Flipados y complacidos por cómo se parece

Netflix estrena el próximo el 19 de noviembre la serie de acción real inspirada en el anime ‘Cowboy Bebop’. Aunque decir inspirada es en este caso quedarse un poco corto. Por suerte los 10 episodios de esta nueva versión son una excepción a la norma y los norteamericanos han dado en el clavo. Mis sensaciones son como las que tuve con ‘Sin City’, una obra que adaptaba un cómic de los considerados sagrados y que acertó en su estilo visual, tratamiento de personajes, respeto a la trama original…

Para los que no conozcan esta historia. Es una serie que surgió de un manga, como suele ser habitual. Nos traslada a un futuro en el que la humanidad vive desperdigada por nuestro sistema solar. Para viajar por el espacio de manera muy rápida se utilizan unas puertas o relés de masa a lo ‘Mass Effect’ que nos teletransportan a las inmediaciones de otros planetas. Pero uno de esos portales provoca un accidente y como daño colateral se daña la Luna y se origina un cataclismo en la Tierra de proporciones tipo Emmerich o Bay. Comienza así una vida de peligros para los humanos, propia de aquellos que en su día exploraron y habitaron el far west.

El nombre de la serie viene en parte por la nave en la que viajan los protagonistas. La Bebop es el hogar de unos cazarrecompensas que viajan por el espacio al son de música jazz y el gruñir de sus hambrientos estómagos. Pero el nombre de la serie también es muy descriptivo en cuanto a su estilo narrativo. Cowboy hace referencia obvia a los vaqueros, a una trama propia del western con bandas y buscavidas. Be bop nos traslada a un estilo de jazz y eso hace que cada personaje vaya a su ritmo, posea en su superficie un estilo frívolo, improvisado, sin melodía, pero en ese caos se percibe una armonía fruto del trabajo en equipo. Así se reflejaba tal cual en el anime y ese es uno de los mayores aciertos del live action, calca el estilo.

‘Cowboy Bebop’ está lleno de espontaneidad, música y acciones muy locas por parte de los personajes. Me gustaría conocer la opinión del director original, Shinchiro Watanabe, pero no me quemaré si pongo la mano en el fuego afirmando que le va a gustar. Si hay alguien que adapta muy bien los manga/anime es Takashi Miike y puedo decir que la serie de Netflix es fruto de su escuela. No se comete el error de convertir a los actores en monigotes mal disfrazados al estilo cosplay cutre. Se ha acertado a la hora de hacer el casting o el vestuario, pero eso no ha impedido que la serie mantenga su humor propio de un chiflado, ni su carácter fatalista, propio del cine negro. Dicho esto es obvio decir que aparecen elementos tan locos como el noticiero de los cazarrecompensas con sus dos divertidos y eufórocos presentadores, Judy y Punch.

Es fantástico el cómo más allá del opening o los títulos de crédito, la música se ha respetado, algo que se antojaba casi obligatorio. Y a nivel visual los planos, casi siempre inclinados, mantienen la vertiginosidad de la serie, se clavan muchas tomas. Calca escenas míticas e incluso episodios casi completos. Los fans reconocerán momentos del pasado de Spike y por supuesto identificarán el interior de la Bebop. Los escenarios de ciencia ficción son apabullantes, muy elegantes a la par que caóticos. Se ha respetado hasta la tipografía del anime en todas las letras que aparecen. El tratamiento de color, a todos los niveles, ha sido vital para tan satisfactoria adaptación.

Era también algo imperativo que ‘Cowboy Bebop’ tuviese mucha acción. Y la tiene, con unas escenas vibrantes. Entre la gallardía y picardía de los protagonistas vuelan los tiros y las patadas. Los personajes son unos fuera de serie, pero en el fondo pringan siempre. Son héroes miserables y condenados constantemente al fracaso, incluso en sus momentos más épicos. Esto es porque son capaces de aparcar sus diferencias y bromas en los instantes más difíciles para entregarse a la acción o a su sentido de la justicia.

Esta adaptación se antoja un poco más adulta, con detalles que digamos que son más violentos y libertinos. Seguramente esto sea fruto de las políticas de Netflix o de satisfacer a una audiencia que desde el original ha crecido lo suyo, por no decir que nos han salido canas. Eso nos lleva también a corregir la tan criticada sexualización de vestuario que tenía Faye Valentine, se nota que los tiempos han cambiado la visión del personaje y el foco está en su personalidad, no en su físico.

Vais a reconocer perfectamente a los personajes de esta space opera. Spike (John Cho) se mantiene como el héroe pícaro y bravucón de bromas sin gracia y pasado oscuro. Jet Black (Mustafa Shakir) es el gruñón capitán con un perpetuo sentido de la responsabilidad. Valentine (Daniella Pineda) sigue siendo una bocazas metomentodo también con un pasado desconocido. Julia (Elena Satine) también se conserva con acierto como la mujer fatal de la historia. El único que no me ha convencido es Alex Hassell como Vicious, el final boss de esta serie. Y… no digo quién más aparece.

Se ha criticado mucho a Netflix por el doblaje en España, pero esta serie me la he visto en versión doblada ya que así fue como experimenté el anime. En cuanto he escuchado a Jet  Black con la misma voz del anime (Francesc Belda) me han conquistado. El resto de protagonistas tiene nuevas voces pero están totalmente acordes.

En Netflix se ha publicado también el anime original ‘Trigun’, otro de mis favoritos. Si os gusta esta mezcla, a veces cyberpunk, de naves espaciales con el estilo western echadle un vistazo. El nuevo ‘Cowboy Bebop’ tiene solo uno o dos episodios aburridos, como el 9 que me parece demasiado sobre-explicativo. Es ciencia ficción con reminiscencias a ‘Blade Runner’, tiroteos a lo spaghetti western e incluso bailes a lo ‘Banda aparte’ de Godard. Pronto descubriréis por qué ‘Cowboy bebop’ fue una serie de tanto éxito. Antes equiparaba el grado de éxito que va a tener esta serie a la adaptación cinematográfica de ‘Sin City’. La segunda parte de la obra de Frank Miller en forma de largometraje supuso un profundo chasco. Espero que no pase lo mismo con la más que probable segunda temporada de ‘Cowboy Bebop’. Hasta la vista cowboy del espacio.

Reparto: Cowboy Bebop. Anunciadas nuevas incorporaciones

Se unen Geoff Stults, Tamara Tunie, Mason Alexander Park, Rachel House y Ann Truong

Ya os anunciamos aquí el reparto principal que Netflix ha reunido para su live action del clásico anime ‘Cowboy Bebop’ en el que destacan actores como John Cho o Daniella Pineda. Ahora la plataforma de contenido online ha desvelado el resto de personajes y actores que se incorporan a este proyecto que seguirá teniendo formato de serie

GEOFF STULTS (Él) (‘Little Fires Everywhere’) como Chalmers
Chalmers es el paradigma de un abogado del oeste. También es el antiguo compañero del ex inspector Jet Black en la división de homicidios de la ISSP (Policía del Sistema Intersolar). Tiene una sonrisa permanente que hace que quieras darle un puñetazo en la cara… Jet especialmente. Y esa es solo una de las razones, ya que Chalmers también está saliendo con su ex mujer.

TAMARA TUNIE (Ella) (‘Dietland’) como Ana
Ana es la propietaria del club de jazz y blues más popular de Marte. Y aunque hace las veces de madre de Spike, no hay nada de ternura y dulzura en ella. Distante e intensa, Ana es sin duda una mujer con la que no se debe jugar.

MASON ALEXANDER PARK (Elle) (‘Hedwig and the Angry Inch’) como Gren
Gren es la mano derecha de Ana. Elle es responsable de atender a los clientes del club de jazz de Ana. Hábil con su ingenio y sin importarle si lleva vestido o traje, elle es la personificación de la belleza más seductora del siglo XXII (al estilo Bowie).

RACHEL HOUSE (Ella) (‘Thor Ragnarok’) como Mao
Mao es la capo del sindicato de la familia de los Tigres Blancos. A pesar de proceder de una familia trabajadora, o quizá precisamente por eso, Mao es más ingeniosa, experta, habilidosa y más letal que sus colegas.

ANN TRUONG (Ella) (‘Blanco humano 2’) y HOA XUANDE (Él) (‘Ronny Chieng: International Student’) como Shin & Lin
Vestidos para matar (porque matan), Shin y Lin son dos hermanos secuaces de Vicious. A pesar de tener miedo de su imprevisible jefe, por razones que aún no entendemos, son salvajemente fieles a Vicious y a su misión de acabar con Spike Spiegel.

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