Crítica: ‘Things will be different’

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Sinopsis

Para escapar de la policía tras un robo, dos hermanos se esconden en una granja metafísica que los oculta en un momento temporal diferente al presente. Allí se enfrentan a una fuerza misteriosa que lleva sus lazos familiares a puntos de ruptura antinaturales.

Crítica

La prueba de que Benson y Moorhead han hecho escuela

‘Things will be different’ marca el debut como director de Michael Felker, quien hasta ahora se había destacado como montador en las películas de Aaron Moorhead y Justin Benson. Estos dos cineastas son conocidos por sus exploraciones narrativas que combinan la ciencia ficción centrada en paradojas espaciotemporales además de elementos emocionales profundos. Ambos figuran como productores depositado su confianza en Felker para este proyecto, de hecho, Justin Benson aparece con un pequeño papel dentro de la cinta, subrayando la cercanía y la continuidad de esta colaboración creativa. A través de este film, Felker demuestra que ha absorbido muchas de las lecciones estilísticas de Benson y Moorhead, manteniendo una visión narrativa que mezcla de manera efectiva los viajes en el tiempo con temas familiares complejos, así como dúos de personajes principales que exploran los límites de la realidad y las relaciones interpersonales.

A pesar de tratarse de una producción de bajo presupuesto, algo que es característico del trabajo de Moorhead y Benson (al margen de sus encargos en ‘Caballero Luna’ o ‘The Twilight Zone’), Felker muestra una notable capacidad para maximizar los recursos disponibles, entregando una película que no depende de efectos visuales espectaculares ni de escenarios grandilocuentes. En lugar de eso, ‘Things will be different’ se enfoca en la exploración de las emociones humanas y los dilemas morales que surgen cuando se juega con conceptos como la manipulación del tiempo. Esto le otorga al film una profundidad emocional que contrasta con la sencillez de su presentación visual. La película no necesita deslumbrar visualmente para capturar la atención del espectador, su fuerza radica en su capacidad para crear misterio y tensión.

La trama sigue a dos ladrones que utilizan el tiempo como si fuera una caja fuerte, un refugio seguro al que se accede mediante un sistema de “contraseñas temporales”. Este concepto, aunque original, se enreda en su propia lógica interna a medida que avanza la película, lo que podría generar confusión para algunos espectadores. Sin embargo, Felker logra mantener el interés al centrar la narrativa en los personajes y sus emociones, en lugar de enfocarse exclusivamente en las complejidades técnicas del viaje temporal. Este enfoque humano es, en muchos sentidos, el corazón de la película, permitiendo que el público se conecte de manera más profunda con los protagonistas.

Aunque ‘Things Will Be Different’ no innova significativamente dentro del género de la ciencia ficción ni en el subgénero de los viajes en el tiempo, lo que sí consigue es ofrecer una historia emocionalmente rica y bien ejecutada. Felker demuestra tener un gran talento para lo íntimo y lo emocional, y aunque aún le falta pulir ciertos aspectos narrativos, su debut es, sin duda, un esfuerzo prometedor que augura un futuro brillante. La película no ofrece muchas respuestas definitivas, lo que puede frustrar a espectadores que acabaron a malas con historias como ‘Dark’, por ejemplo. Pero esa ambigüedad es, en gran medida y para muchos, parte del encanto del cine de este tipo.

Ficha de la película

Estreno en España: por determinar. Título original: Things will be different. Duración: 102 min. País: EE.UU. Dirección: Michael Felker. Guion: Michael Felker. Música: The Album Leaf, Michael A. Muller. Fotografía: Carissa Dorson. Reparto principal: Adam David Thompson, Riley Dandy, Chloe Skoczen, Justin Benson, Sarah Bolger. Producción: Last Life, Rustic Films. Distribución: por determinar. Género: ciencia ficción. Web oficial: https://www.lastlifefilms.com/films

Crítica: ‘Escape from the 21st Century’

Sinopsis

Tres adolescentes elegidos por el destino adquieren la facultad de viajar en el tiempo, veinte años hacia adelante y hacia atrás, con un simple estornudo. El futuro resulta ser aún más deprimente que el presente, pero ellos tienen el poder para cambiarlo

Crítica

Cóctel visual y narrativo que captura el espíritu de una generación marcada por el exceso de información y entretenimiento

‘Escape from the 21st Century’ llega con una mezcla de géneros que no teme unir lo absurdo con lo épico. Siguiendo la estela de ‘Todo a la vez en todas partes’, esta película asiática presenta una historia en la que los confusos viajes en el tiempo, las paradojas y el humor se entrelazan en un caos controlado. A pesar de su aparente anarquía narrativa, el filme también intenta reflexionar sobre temas universales, como la importancia de salvar el mundo y a uno mismo. Ambientada en un futuro lejano, en una colonia humana establecida en un planeta en torno a Kepler-160, la historia utiliza la ciencia ficción como un pretexto para recordar que, no importa cuán distantes estemos en tiempo y espacio, los valores como el amor, la amistad y el sacrificio siempre estarán ahí.

Uno de los aspectos más destacables de ‘Escape from the 21st Century’ son sus efectos especiales, que tienen una estética que en España solo tienen un único símil, la películas del cineasta español Javier Fesser. El tono humorístico, absurdo y a veces casi infantil recuerda a las películas de acción real de ‘Mortadelo y Filemón’, en las que la exageración y el slapstick son parte fundamental del lenguaje visual y cómico. La probabilidad de que Fesser esté en la mente del director Li Yang es más remota que el sistema Kepler-160 pero seguro que ambos beben de las mismas fuentes cinéfilas. Además con su imaginación y acción también evoca el estilo de autores japoneses como Hiroya Oku, creador de mangas llenos de fantasía y violencia estilizada, o el director de culto Stephen Chow, conocido por su capacidad para mezclar artes marciales, humor y efectos visuales desmedidos, como en ‘Kung Fu Hustle’, conocida en España como ‘Kung Fu Sion’.

Esta amalgama de referencias hace de ‘Escape from the 21st Century’ una especie de collage cinematográfico. Se siente el espíritu trash ochentero de películas como ‘Turbo Kid’, un film que celebra su bajo presupuesto y abraza lo kitsch, al igual que las películas del prolífico y excéntrico director Takashi Miike, famoso por su capacidad para mezclar géneros y estilos en formas tan dispares como perturbadoras. Hay guiños constantes a la cultura pop occidental y oriental: desde alusiones a Pulp Fiction, al disco más famoso de Nirvana y hasta la elegancia icónica de Audrey Hepburn. La banda sonora, en momentos culminantes, recuerda al estilo jazzístico de ‘Cowboy Bebop’, elevando el clímax emocional y la acción desenfrenada. Incluso el origen de los superpoderes de los personajes parece una réplica directa de la película italiana ‘Le llamaban Jeeg Robot’, subrayando las múltiples influencias que la cinta asume sin complejos.

Sin embargo, a pesar de este despliegue de creatividad, la película no está exenta de pegas. Lo que comienza como una frenética explosión de ideas y originalidad se frena abruptamente durante su nudo. El segundo acto abandona sus excentricidades para centrarse en el drama de sus protagonistas, intentando darles una mayor profundidad emocional. Pero este cambio de tono es torpe, provocando que el filme se sienta adormecido en comparación con su caótico primer acto. La desenfrenada energía millenial, que venía cargada de efectos visuales propios de filtros de redes sociales o de la dinámica de ‘Scott Pilgrim’, se diluye a medida que la trama intenta volverse más introspectiva, algo que podría decepcionar a quienes disfruten más del caos visual y la acción desbordada. Se intenta recuperar el ritmo al final pero no puede evitar cerrar con el arquetípico enfrentamiento ante el final boss.

Siguiendo el ejemplo del humor del filme he de decir que si sois de los que se han hecho prejuiciosos a raíz de la COVID-19 y os da miedo ver a un chino estornudar, esta película va a cambiar ese injusto estigma que se ha creado. Es un tipo de cine más que actual y capaz de competir en cualquier taquilla. Es un cóctel visual y narrativo que captura el espíritu de una generación marcada por el exceso de información y entretenimiento.

Ficha de la película

Estreno en España: por determinar. Título original: Cong 21 Shi Ji an Quan Che Li. Duración: 98 min. País: China. Dirección: Li Yang.  Guion: Li Yang. Música: Xiao’ou Hu. Fotografía: Saba Mazloum. Reparto principal: Ruoyun Zhang, Elane Zhong, Yang Song, Xiaoliang Wu, Yanmanzi Zhu, Leon Lee. Producción: Beijing Enlight Pictures, Desen International Media, Huanxi Media Group, Scity Films. Distribución: YouPlanet. Género: aventura, ciencia ficción, acción. Web oficial: https://www.ewang.com/m/218449-1.html

Crítica: ‘Terminator Zero’

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La visión japonesa de la rebelión de Skynet se queda a medias

Una persona viaja al pasado para salvar a alguien de vital importancia en el futuro (su presente) de ser asesinado por un robot que también viene de esos apocalípticos y venideros tiempos. Esa es la premisa de ‘Terminator’, uno de los máximos exponentes del cine de acción y de ciencia ficción. Esa es la pauta que secuela tras secuela se ha repetido en varios intentos fútiles de mantener viva la franquicia. Víctimas de su propia paradoja los creativos de las continuaciones de las películas de James Cameron parecen atrapados en un bucle más repetitivo que la base de una canción de reguetón. Ahora llega una nueva versión animada para Netflix que en parte repite los errores del pasado, pero que arroja un rayo de esperanza demostrado que James Cameron y William Wisher fueron unos adelantados.

Antes del boom de Internet había pocas historias que nos advirtiesen del peligro de las tecnologías inteligentes, lo que hoy conoceríamos como IAs. Por supuesto está ‘2001: una odisea en el espacio’ que se adelantó unos veinte años, pero cuando hablamos de las máquinas superando al hombre a quien aludimos es a Skynet. Nos vamos a hartar los próximos años de ver películas sobre inteligencias artificiales. No es de extrañar por lo tanto que el director Masashi Kudo (‘Bleach’, ‘Tower of God’) y el guionista Mattson Tomlin hayan magnificado ese tema en esta serie que se estrena el 29 de agosto.

La esencia de ‘Terminator’ está presente en ‘Termniator: Zero’ hasta tal punto de repetir algunas frases míticas y calcar escenarios y maquinarias. Se mantiene intacta su teoría no determinista, la cual permite dar esperanza a los humanos del futuro en la guerra contra las máquinas. Es similar al concepto de la teoría de cuerdas en el que cada nueva decisión da paso a diferentes realidades, líneas temporales alternativas, la historia re-escrita. Es por eso que una vez más retrocedemos a 1997, la fecha que conoce todo fan de Terminator por el momento en el que Skynet se conecta a la red de redes. Cambia la ubicación y los otros años a los que nos transporta. Estamos hablando de un anime por lo que nos llevan a un ficticio 2022 en el que Tokio comienza a tener máquinas inteligentes invadiendo la cotidianidad de sus habitantes. De este modo se abren nuevas posibilidades que vienen a decirnos que en lugares ajenos a Los Angeles también se sabía del problema con la IA rebelde.

‘Génesis’ y ‘Salvation’ decepcionaron por no mostrar la guerra abierta que sucedió inminentemente después de la rebelión provocada por la conexión de Skynet. De ‘Destino Oscuro’ prefiero ni hablar. En este caso, aunque sea verano, hemos de desagradecer el jarro de agua fría. La mitad de la serie es una persecución constante como las que vivió Sarah Connor. Todo transcurre entre el 4 de agosto, cuando Skynet se conecta, dirigiéndose irremediablemente hacia el 29, cuando se produce el Juicio Final que los protagonistas intentan evitar una vez más. La otra mitad es solo ligeramente más satisfactoria pues muestra el enfrentamiento contra el poder de la IA, aunque el imaginario japonés os dará una sorpresa al respecto que altera el canon de lo hasta ahora visto, al fin y al cabo esto va de buscar paradojas y cambios cruciales que salven a la humanidad.

Con ‘Terminator: Zero’ vemos un curioso contraste con USA donde hay armas por doquier y defenderse de un T-800 es relativamente más fácil en contraposición con un Japón en el que la ciudadanía rehúye de la violencia. La serie aporta esa visión diferente que se suma a una buena cantidad de escenas filosóficas, con temas siempre presentes en Terminator, pero explorados más en profundidad. Lástima que al igual que la saga original se repita con los factores familiares.

Además de los pequeños cambios, que hacen de esta una narración paralela a las originales pero lejos de su capacidad de sorprender, se agradece el estilo de dibujo escogido. La acción transcurre principalmente en el 97 y la saga nació en los 80s. Los autores han elegido un trazo noventero tanto para sus dibujos como para el diseño de toda la serie. Tanto Skydance como aquellos que han llevado al éxito a animes como ‘Ataque a los titanes’ o ‘Kaiju No. 8’, Production I.G., son los principales responsables del estilo visual de ‘Terminator: Zero’. Sobre todo se nota la influencia de otra de sus obras, ‘Ghost in the shell’, principalmente en los escenarios nocturnos y en la protagonista. Por suerte la sensación es que hay menos herramienta digital o 3D que en otra colaboración entre I.G. y Netflix como fue ‘Ultraman’.

Crítica: ‘Something in the dirt’

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Cuando los vecinos John y Levi presencian eventos sobrenaturales en su edificio de apartamentos de Los Ángeles, se dan cuenta de que documentar lo paranormal podría inyectar algo de fama y fortuna en sus vidas desperdiciadas.

Crítica

Desde lo sencillo y exiguo consigue llegar a lo complejo e incluso bello

Quizá ‘Something in the dirt’ es la mayor comida de coco y la película más críptica de Justin Benson y Aaron Moorhead, los autores de ‘Resolution’ y ‘The Endless’ que son más conocidos por haber dirigido capítulos de ‘Caballero Luna’ o ‘Archivo 81’.

Algo complejo rodado de manera sencilla y con medios escasos. Una película realizada con pocos recursos, fruto de los confinamientos vividos en 2020. Es un filme cuya fuerza radica en lo enigmática que es, dejando en el aire diversas preguntas, pero es de esos largos que no necesitan resolverse para captar al espectador. El recorrido de esta historia es casi inexplicable, extraño y complejo. A veces darle demasiadas vueltas a algo hace que lo elemental se vuelva enrevesado. Mezclando matemáticas o física con teorías conspiranoicas o fanatismos generan una historia entre dos vecinos que encarnan ellos mismos y que acaba de un modo quizá excesivamente abierto a la interpretación o sin haber hilado suficientemente las pistas.

El filme suma constantemente divagaciones y elementos como las líneas ley, las cuatro fuerzas fundamentales de la física, espirales de Fibonacci, masones, el MK Ultra, sectas de la antigua Grecia… Se conforma un puzle que yo solo he podido componer como una maquinación fanático-matemática. Está narrada en retrospectiva, navegando entre grabaciones, entrevistas y recuerdos, puede rememorar en determinados aspectos a ‘Archivo 81’. Tal vez haga falta que salga una segunda entrega para que cerremos el círculo o encontremos una explicación más minuciosa y detallada, al fin y al cabo, hicieron lo mismo con ‘Resolution’ y ‘The endless’. Ojalá esta sea la puerta a una nueva dimensión del universo que están orquestando con sus películas. Con las madejas cronológicas que se montan no me extraña que estén también involucrados en la nueva temporada de ‘Loki’.

Quizá también hay que decir que esta es la película con más ciencia ficción surrealista que han hecho hasta la fecha. Es como si fuese una versión casera de ‘Expediente X’ en la que dos vecinos ejercen de Mulder y Scully buscando no solo significado a fenómenos desconcertantes sino también a una vida repleta de contradicciones y contratiempos. En esa búsqueda arrojan pasión, comedia y filosofeo. Tal vez es la película más íntima de ambos directores, en la que se reflejan más a sí mismos, ya que los protagonistas parecen una extensión de sus yoes reales y del cine que siempre han demostrado querer hacer. Sea como sea la agudeza de esta película demuestra que no hace falta gastarse un dineral para crear ciencia ficción sugerente y con talento.

Ficha de la película

Estreno en España: por determinar. Título original: Something in the dirt. Duración: 115. País: EE.UU. Dirección: Justin Benson, Aaron Moorhead. Guion: Justin Benson. Música: Jimmy LaValle.  Fotografía: Aaron Moorhead. Reparto principal: Justin Benson, Aaron Moorhead, Sarah Adina Smith, Issa López, Vinny Curran, Jeremy Harlin, Guille Klabin. Producción: Rustic Films. Distribución: por determinar. Género: ciencia ficción. Web oficial: https://www.xyzfilms.com/something-in-the-dirt

Adam Driver protagoniza ‘65’

Dinosaurios, naves, viajes en el tiempo…

Sam Raimi produce una nueva película de terror pero en esta ocasión incorpora la ciencia ficción a la lista de géneros. Pero es que además a la ecuación de ’65’ se le suman dinosaurios y el talento de Adam Driver.

El guión procede de la mano de los escritores de ‘Un Lugar Tranquilo’, Scott Beck y Bryan Woods, quienes ejercen también como directores. En el reparto actoral están también Ariana Greenblatt y Chloe Coleman.

Sinopsis oficial:

Después de un catastrófico accidente en un planeta desconocido, el piloto Mills (Adam Driver) descubre rápidamente que realmente está varado en la Tierra… hace 65 millones de años. Ahora, con solo una oportunidad de rescate, Mills y la otra única superviviente, Koa (Ariana Greenblatt), deberán abrirse camino a través del desconocido territorio plagado con peligrosas criaturas prehistóricas en una épica lucha por sobrevivir.

Crítica: ‘Mañana es hoy’

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La película se sitúa en el verano de 1991. La familia Gaspar comienza sus vacaciones en la playa, pero, tras discutir con su padre, Lucía, la hija adolescente, decide fugarse con su novio. Una tormenta eléctrica sorprende al resto de la familia a bordo de un patinete y cuando consiguen volver a la costa descubren ¡que han viajado al 2022! Un descabellado futuro lleno de smartphones, selfies y música trap. ¿Conseguirán volver a los plácidos noventa?

Crítica

El DeLorean español es un patinete de playa y nos da un buen viaje

Nacho G. Velilla suma el género de ciencia ficción a su ya nada corta lista de eficientes comedias. ‘Perdiendo el norte’ (y el este), ‘Villaviciosa de al lado’, ‘Por los pelos’, ‘Que se mueran los feos’… son otros títulos que con mayor o menor repercusión han pasado por salas y de los que seguro habéis oído hablar. Lo que ya podemos decir rotundamente acerca de la filmografía del director es que sus apuestas siempre son sinceras y sin pelos en la lengua, pero sin irse a extremos o a lo políticamente incorrecto. Se mueve siempre entre dos tierras (en esta ocasión más que nunca) ubicadas entre el gamberrismo y el humor blanco. ‘Mañana es hoy’ no es una excepción y salvo por la machacadísima ordinariez de Antonia San Juan, destaca sobre el resto por incorporar dos cosas.

Por un lado, lo que ya mencionaba. Estamos ante una película de género fantástico en la que una familia viaja de 1991 al 2022, así, perdiéndose el gran año que fue el 92. Sobra decir que al igual que en títulos como ‘Demolition man’, ‘Regreso al futuro’ o ‘Los visitantes’, la base del humor reside en las diferencias entre una época y otra, sobre todo en las tecnológicas. ‘Mañana es hoy’ está repleta de chascarrillos sobre la España de antes y la de ahora. Se explota el cómo tenemos actualmente una cultura mucho más abierta y loca a ojos de personas de hace treinta años. Los euros, Felipe VI, los smartphones, el topless, los robots aspiradora, los contratos precarios, el trap… Cualquier tiempo pasado fue mejor nos dice esta película cada dos por tres.

Y además incluye un argumento más dramático que en anteriores ocasiones. ‘Mañana es hoy’ es una carrera por recuperar en diferentes sentidos a una hija. Un padre esclavo del tiempo y con costumbres caducas arrastra a su familia a una vida aburrida y encorsetada, lo cual, crea encontronazos con una joven que vive muy por delante de él. Por supuesto hay comedia pues la rebeldía de los hijos y la incompetencia del padre les convierte en una familia disfuncional. Pero también hay una parte emocional, en la que se habla de las relaciones paternofiliales e incluso del maltrato a las mujeres o el desdén con el que se les trataba en el pasado.

Sumamos a todo esto el talentazo de dos protagonistas como Carmen Machi y Javier Gutiérrez. Son dos primeras espadas de nuestro cine y valen para lo que les echen, pero da gusto verlos en comedias. A ellos y al reparto de secundarios conocidos que figuran en esta película pues le dan vidilla a la trama. Con todo este elenco nos pegamos un gran viaje. Para Velilla el DeLorean español es un patinete de playa y los McFly se apellidan Gaspar Castellanos. Una familia y un medio de transporte un tanto raros, pero… ¿quién puede decir que Doc y su máquina del tiempo eran normales?

Ficha de la película

Estreno en España: 2 de diciembre de 2022. Título original: Mañana es hoy. Duración: 107 min. País: España. Dirección: Nacho G. Velilla. Guion: Oriol Capel, David Sánchez. Música: Juanjo Javierre. Fotografía: Ángel Amorós. Reparto principal: Javier Gutiérrez, Carmen Machi, Silvia Abril, Pepón Nieto, Natalia Agüero Avecilla, Mina El Hammani, Antonia San Juan, Carla Díaz, Marta Fernández-Muro, Elena de Lara, Blanca Tamarit, Candela Pradas, Asier Rikarte. Producción: Aparte Films, Atresmedia Cine. Distribución: Prime Video. Género: comedia, ciencia ficción. Web oficial: https://www.instagram.com/primevideoes/

Crítica: ‘El Proyecto Adam’

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Adam Reed es un piloto de caza que viaja en el tiempo. Cuando se estrella en el año 2022, conoce a su yo de 12 años y juntos emprenderán una misión para salvar el futuro.

Crítica

Infantilada llena de agujeros, de gusano y de guión

Shawn Levy, productor de ‘Stranger things’ y de ‘La llegada’ sigue con su apuesta por la ciencia ficción. En esta ocasión se la juega con su apuesta más familiar y casi infantil, ‘El Proyecto Adam’. Ryan Reynolds de nuevo protagoniza una película de Levy tras ‘Free guy’. El director de ‘Noche en el museo’ o de ‘Acero puro’ nos plantea una nueva película que gustará más a los pequeños de la casa.

Ryan Reynolds de nuevo en la piel de un piloto, como lo fue en ‘Green Lantern’. Viaja en el tiempo para encontrarse con alguien querido pero una persecución hace que acabe con él en 2022 en vez de en 2018. Allí se topa con su yo adolescente y juntos intentan resolver la situación.

¿Juega ‘El Proyecto Adam’ con la paradoja de Hitler? Sí, pero la esquiva de manera bastante vaga y se la ventila en una o dos frases tales como: el nuevo pasado que creamos influye al futuro, pero es solo cuando el viajero del futuro regresa a su tiempo cuando se reconstruye la línea temporal. Y luego utiliza esa premisa de un modo bastante caprichoso y repleto de fallos que quedan a merced del sentimentalismo.

‘El Proyecto Adam’ es de esos títulos que junta a un niño con un adulto y hace madurar al pequeño y enternecer al mayor. No es la primera película en la que un protagonista se encuentra consigo mismo o con sus padres, ahí están ‘Looper’, ‘Efecto mariposa’ o ‘Regreso al futuro’. Incluso el motel Pine Ridge que aparece en la película se antoja como un guiño al centro comercial Twin Pines o sigue una paradoja como la que se usó en ‘Men in Black 3’.

“Como estoy herido la nave no reconoce mi ADN”. Frases tan ilógicas como esas abundan. Pero si nos tomamos esta como una película de fantasía infantil obviamente se puede pasar por alto. Pero la trama se intenta sostener con esa excusa pues Reynolds está atrapado sin poder reparar su nave a causa del balazo que sufre.

‘La historia interminable’ ha venido a mi cabeza alguna vez, no porque se me haya hecho larga si no porque el coprotagonista es un niño (Walker Scobell) que se enfrenta a un abusón y que se topa con algo más allá de nuestra realidad. La diferencia es que este chico es respondón y bastante más valiente que el Bastian de Ende, me ha recordado mucho al papel de Jack Dylan Grazer en ‘¡Shazam!’. De hecho, es tan cotorra como otro personaje de Reynolds, Deadpool, y digo esto justo cuando se ha confirmado que Levy dirigirá la tercera parte del mercenario bocazas. Lo cual nos lleva al hecho de volver a comprobar que Reynolds está muy encasillado. Todos sus personajes se fundamentan en ser una especie de Woody Allen de acción, es decir, un cachas parlanchín, bromista, nervioso y neurótico. Está encasillado hasta el punto de que aquí, como en ‘Alerta roja’, también lleva el reloj heredado de su padre.

Los villanos tardan en aparecer y la trama también tarda en cobrar sentido, el poco que puede tener la historia. Al final se convierte en la mayor pesadilla de los creacionistas detractores del LHC, el cual por cierto, existía ya en 2018 y es no solo el acelerador más grande del mundo si no la máquina más grande construida por el ser humano, más incluso que el del filme. No les habría venido mal a los cuatro guionistas que tiene ‘Proyecto Adam’ un poco más de interés y documentación. Lo único que rescato de la película es la frase y el hecho que dice “a veces merece la pena ser un friki empollón”.

La película está repleta de momentos emotivos que nos dan o bien bajón o bien un respiro entre tanta charlatanería y humor fácil. Instantes con argumentos melosos que se enfrentan a las teorías espaciotemporales y que le quitan gracia al filme. Un amor que traspasa cualquier teoría de cuerdas o paradoja temporal, una pastelada bastante inconsistente. Además hay infinidad palabrería inventada e inconsistente que también nos dice el poco interés que se ha puesto en hacer que la historia tenga un mínimo de coherencia. Pero lo dicho, es más una película para preadolescentes.

Ficha de la película

Estreno en España: 11 de marzo de 2022. Título original: The Adam Proyect. Duración: País: EE.UU. Dirección: Shawn Levy. Guion: Jennifer Flackett, Mark Levin, T.S. Nowlin, Jonathan Tropper. Música: Rob Simonsen. Fotografía: Tobias A. Schliessler. Reparto principal: Ryan Reynolds, Zoe Saldana, Catherine Keener, Jennifer Garner, Mark Ruffalo, Alex Mallari Jr., Milo Shandel. Producción: Skydance Productions, 21 Laps Entertainment, Maximum Effort. Distribución: Netflix. Género: ciencia ficción. Web oficial: https://www.netflix.com/us-es/title/81309354

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