Crítica de ‘Los Guardianes de la Justicia’

Popurrí comiquero a lo ‘Kung Fury’

No sé si ‘Los Guardianes de la Justicia’ es algo con un carácter de marcada serie B por disponer de poco presupuesto o si se ha querido hacer en este formato para rendir culto al género. Lo que sí que sé es que la serie es consciente de su factura y de lo enormemente paródica y referencial que es, por lo que a la hora de darle al play también hay que estar predispuesto a que lo que vamos a ver es un galimatías con un acabado de lo más básico posible.

Digo básico, pero tengamos en cuenta que estamos en el siglo XXI y las tecnologías permiten llevar a cabo escenarios con efectos muy superiores a los que veíamos en los 80. Paródicamente, con un vestuario más propio de un cosplayer de la ComicCon que de una producción lanzada en Netflix ‘Los Guardianes de la Justicia’ nos cuenta una historia que nos recuerda a un sinfín de cómics o películas.

La miscelánea visual y argumental de esta serie de siete episodios de tintes fanmade nos lleva a una distopía muy al estilo ‘Watchmen’ en la que la Tierra ha tenido una historia diferente durante el siglo XX y ha llegado a producirse una III Guerra Mundial. Conflicto que es detenido por un alienígena dotado de superpoderes. La trama gira en torno a ese visitante y a la muerte que uno de sus compañeros justicieros comienza investigar. Así se genera una trama que nos recuerda también a ‘Invincible’.

Si te gustó otro fanmade como fue ‘Kung Fury’ estoy seguro de que te gustará esta serie que se puede ver ya en Netflix. Realmente debo reconocer que esta es una serie de, por y para flipados, pero es lo bueno que tiene, sobre todo porque le permite ser desatada y contar su trama sin tapujos y sin cortarse con la violencia como hace por ejemplo ‘The Boys’.

Si cuando he descrito la trama habéis pensado en Omni-Man de ‘Invincible’ o por supuesto en Superman, habéis acertado. Marvelous Man, ese extraterrestre que viene a poner paz en la Tierra también se llama a Kal, también se casa con una chica con nombre dotado de aliteración como Lois Lane, tiene su kryptonita… Y los héroes con los que se junta son como la Liga de la Justicia de DC cómics. Sobre todo el protagonista de la historia que es una mezcla entre el Búho Nocturno de ‘Watchmen’ y Batman, con su Robin, villanos y demás.

Pero cuando realmente le encuentro valor a esta serie llena de escenarios de poca monta es en los momentos en los que se retuerce la figura del superhéroe y su impacto en nuestra sociedad o en el otro sentido, la influencia de esta sobre la vida de aquellos que se dedican ser un justicieros de manera altruista. Es por lo tanto interesante la idea de mostrar a una humanidad tan poco respetuosa con la vida que es capaz de hacer que un todopoderoso extraterrestre que vela por nuestra paz se canse hasta el punto de darse por vencido y suicidarse. También el discurso sobre lo beneficiosa que es para la opinión pública la bendita ignorancia, algo que también predica ‘Watchmen’ y muchos cómics de Batman. Como también ha sido visto muchas veces en viñetas el miedo como herramienta o el fascismo, de hecho es ahí cuando puede recordar más a ‘Injustice’ o a ‘Hijo rojo’.

La verdad es que el que hayan cogido de un descarado tapadillo tantos elementos conocidos de los cómics para armar su propia historia, mola y parece fruto de algún tipo de juego de rol. Pero ‘Guardianes de la Justicia’ también consigue ser atractiva porque la serie cuenta con distintos directores de animación que han incluido en la trama numerosísimas escenas dibujadas. Hay animación de todo tipo, desde 8-bits a lo arcade como ‘Streets of rage’ o ‘Mortal Kombat’ llegando a lo cartoon Disney e incluso al anime a lo ‘Dragon Ball’.

Y otra sorpresa es que al igual que ‘Kung Fury’ pudo contar con David Hasselhoff para su promoción, han podido fichar a rostros conocidos, y no me refiero al villano asiático que nos recuerda al Lo Pan de ‘Golpe en la pequeña China’. Como en toda buena película en la que el Reloj del Juicio final está a pocos minutos de las doce el presidente es negro, en este caso es Christopher Judge de ‘Stargate’. Y tienen papeles secundarios Denise Richards (‘Starship Troopers’), RJ Mitte (‘Breaking Bad’), Jane Seymour (‘La doctora Quinn) o Will Yun Lee (‘Altered Carbon’) como Marvelous Man. Adenás hay algún que otro cameo de archivo.

‘Los Guardianes de la Justicia’, obra de Adi Shankar, combina de todo, hasta villanos tipo Cobra de los G.I. Joe. El productor de ‘Dredd’, ‘Castlevania’ o del próximo remake de ‘I saw the devil’ se ha montado un caos que llega cuando los superhéroes tienen asentado su propio género audiovisual y hace falta aire fresco. La calidad es patente que no es la mejor y quizá con todo lo que está pasando con Rusia no llegue en el momento más oportuno, pero desde luego es una reinvención de la que muchos pueden tomar nota.

Crítica de la segunda temporada de ‘Altered Carbon’

Una contienda por las raíces y el mundo de Kovacs

Ya tenemos disponible en Netflix ‘Altered Carbon’ temporada 2 que continúa con la adaptación de la novela de Richard Morgan. La que fue una potentísima serie publicada hace justo dos años vuelve ahora con ocho nuevos capítulos para continuar la historia de Takeshi Kovacs. Y en esta ocasión es a través del rostro de Anthony Mackie que hace las veces de protagonista.

La historia arranca directamente donde la dejamos, con Kovacks buscando a su amada Quellcrist Falconer (Renée Elise Goldsberry), cuya conciencia (o pila) está perdida en alguna parte. Esta vez vuelve a verse involucrado en los tejemanejes de un Mat (Matusalén), esos ricos que pueden tener copias suyas para vivir más tiempo de cuerpo en cuerpo, o de funda en funda, más correctamente dicho. A él no le gusta involucrarse en los asuntos de esos todopoderosos magnates que controlan planetas enteros pero le prometen poder encontrar a su amada a cambio. Y así se involucra en toda una guerra interestelar que le devuelve a Harlan, el planeta de inicio de la historia de Kovacs.

La segunda temporada entronca aún más con el pasado de nuestro protagonista. Tenemos a un Kovacs agotado de buscar a Falconer y para poder alcanzar su objetivo no solo debe retornar a sus recuerdos si no también a sus olvidados sentimientos. Es por eso que el escenario de esta segunda fase es Harlam, el mismo lugar donde están las minas del que se extrae el metal del que se fabrican las pilas en la que se almacenan las conciencias. Allí quema su último cartucho en lo que es una desesperada e implacable búsqueda para recuperar su vida anterior, para tener la paz. A causa de eso la serie se ha tornado más dramática y menos divertida.

‘Altered Carbon’ temporada 2 Retoma personajes de la primera etapa pero sobre todo cuenta con el entrañable Poe (Chris Conner), fiel escudero virtual de nuestro protagonista o con la líder revolucionaria Quellcrist Falconer, ambos con sus propios problemas de memoria. Obviamente recurre a anteriores rostros de Kovacs como el de Will Yun Lee. Pero por supuesto incluye nuevos componentes para el tablero. Simmone Missick (‘Luke Cage’) protagoniza la trama paralela de esta temporada en el papel de Trepp quien también está embarcada en una búsqueda, la de su hermano. Frente a ellos están los villanos: Danica Harlan interpretada por Lela Loren (‘Power’) y el coronel Ivan Carrera interpretado por Torben Liebrecht (‘Operation Finale’). La sorpresa en forma de rostro conocido para esta temporada es Neal McDonough quien interpreta al fundador de la colonia de Harlan.

Anthony Mackie  demuestra su compromiso con la ciencia ficción el cual va más allá de ‘Vengadores’ pues pudimos verle en ‘Synchronic’, la obra de los talentosos Justin Benson y Aaron Moorhead, o en ‘Black Mirror’. Se mueve bien entre IA’s, fundas, desintegradores, lectores de memoria y realidades virtuales. Incluso se ha molestado en imitar los andares y algunos gestos de Joel Kinnaman para retomar el personaje de Kovacs.

Hay novedades en ‘Altered Carbon’ temporada 2 como la funda con mejoras de las que disfruta nuestro perseguido protagonista. Ahora tiene curación acelerada y otros detalles que irá explorando y que no os quiero adelantar. Me refiero también a otras incorporaciones como el giro que tenemos a partir del quinto episodio que explora una idea que no vimos en la primera temporada, el cual le da más jugo a la serie. O los clímax como los de los episodios tres y seis que me recuerda bastante a un detalle del ‘Gears of War’. La rabia es quedarnos con la miel en los labios y no poder adaptar la novela tal y como cabría esperar.

Los efectos especiales están al más alto nivel. Con ciudades y colonias planetarias que son el escenario ideal para cualquier jugador de videojuegos, un ambiente futurista repleto de luces y tecnología de todo tipo. El vestuario, los objetos, las ciudades son de nuevo alucinantes. Cada nuevo rincón y localización está personalizado acorde al nuevo ambiente o personaje al que Kovacs se arrima. Dan ganas de dar un salto en el tiempo para explorar las infinitas posibilidades del futuro de ‘Altered Carbon’. Sin duda se han gastando un dineral a la hora de emplear medios tanto físicos como de post-producción, aunque no tanto como las páginas de la novela podrían exigir (no quiero dar pistas más específicas). El departamento de arte ha mantenido la estética de la anterior temporada y ha incluido algunos detalles nuevos que constantemente nos adentran en una trama dependiente de lo puramente digital. Parte del mérito de todo este cuantioso trabajo de escenografía es de Charles Leitrans, fallecido en julio de 2019 y a quien le dedican el primer episodio titulado ‘Phamtom lady’.

Para dirigir la serie se ha contado con directores y directoras como Salli Elise Richardson (‘American Gods’, ‘Doom Patrol’), Ciaran Donnelly (‘Vikingos’, ‘Kripton’), MJ Bassett (‘Solomon Kane’, ‘Ash Vs Evil Dead’) y Jeremy Webb (‘The Umbrella Academy’, ‘Runaways’). Artistas muy experimentados en series fantásticas, algunas de corte parecido y que han velado en que se mantenga el toque de cyberpunk con una acción muy presente. Los referentes a otros títulos de ciencia ficción son obvios pero también los hay a clásicos como ‘Gladiator’, los vais a ver muy claramente. Eso sí, se ha perdido el toque divertido que tenía la primera temporada, esto hacía que pudiese disfrutarse con algo de sinvergonzonería.

‘Altered Carbon’ temporada 2 sigue siendo un regalo para los amantes de la ciencia ficción y el tema de las fundas es obviamente su mejor baza. No solo se centra en la vistosidad de sus escenas y en la acción de sus tiroteos y peleas, también en las búsquedas de identidad y en bucear en memorias perdidas dentro de océanos de bits. Todo esto envuelto con una trama política y llena de intrigas personales. Hay menos misterio y espectacularidad que en la primera parte pero ‘Altered Carbon’ sigue siendo una de las mejores series de ciencia ficción de la actualidad.

Crítica: ‘Proyecto Rampage’

Sinopsis

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El primatólogo Davis Okoye (Johnson), un hombre que mantiene las distancias con otras personas, tiene un sólido vínculo con George, el extraordinariamente inteligente gorila de espalda plateada al que ha estado cuidando desde que nació. Pero cuando un experimento genético sale mal, este apacible simio se convierte en una enorme y embravecida criatura. Para empeorar más las cosas, pronto se descubre que existen otros animales con la misma alteración. Cuando estos depredadores alfa recién creados arrasan Norteamérica destruyendo todo lo que interpone en su camino, Okoye se une a un ingeniero genético sin prestigio para conseguir un antídoto y se abre paso en un cambiante campo de batalla, no solo para frenar una catástrofe mundial sino para salvar a la aterradora criatura que una vez fue su amigo.

Crítica

Violenta y descerebrada en muchas ocasiones. Dwayne Johnson gustándose en lo cómico, lo tierno y lo salvaje.

Ser el malo, causar pavor entre la población, destruir una ciudad e incluso comer gente era algo que no muchos juegos ofrecían cuando surgió ‘Rampage’ en los años ochenta. No solo su jugabilidad y competitividad entre dos jugadores, si no el morbo que ofrecía por ser el villano de una situación como aquella eran un gancho que marcaron a los que lo jugamos. La nueva película protagonizada por Dwayne Johnson carece de ese retorcido encanto pero tiene otros momentos de disfrute para aquellos a los que nos gusta deleitarnos con las escenas más infames.

Porque ‘Rampage’ era un videojuego que muchos disfrutamos en recreativas o en consolas bastante antiguas. Una de sus gracias residía en que controlábamos a las bestias gigantes que desolaban las ciudades que eran defendidas por los incautos humanos. Aunque suene macabro era bastante divertido recrearse con tanta muerte y destrucción. Eso sucede también en buena parte de ‘Proyecto Rampage’. Todo es devastado al estilo de las míticas cintas de kaijus como Godzilla pero la comedia está siempre presente. El problema de la cinta dirigida por Brad Peyton es que es muy indecisa. Pese a que divierte mucho pasa de un tono a otro de una manera muy brusca, descolocando por completo al espectador. Tan pronto comete errores de la serie B más costosa como que comienza con una retahíla de escenas de puro blockbuster de acción. A veces parece que ha sido hecha sin cabeza por las frases que dicen sus protagonistas como que parece que está todo medido para que demos brincos con la adrenalina recorriendo nuestro cuerpo.

Lo mejor sucede cuando casi a la hora de película los tres monstruos empiezan el festival de carnicería y demoliciones. ‘Proyecto Rampage’ obviamente no es para niños y tampoco está concebida para personas sensibles. Esto es porque aunque la adaptación del videojuego es capaz de dar momentos tiernos y afectivos también alcanza cotas muy macabras, las cuales personalmente he disfrutado y me parecen las más acertadas partiendo del material del que se origina este proyecto. Como decía, la gracia del juego estaba en ser algo perverso no en ser un buenazo. Creo que se ha intentado lograr esto por otra vía en la película, buscando un toque sinvergüenza, pero no se ha logrado.

Lo que sí que está claro es que Dwayne Johnson como héroe de acción funciona de sobra y que como personaje cómico tiene un carisma bien desarrollado y consolidado, no tanto su vertiente dramática, prácticamente inexistente. Además repite con el director Brad Peyton con el que estuvo en ‘San Andrés’ o ‘Viaje al centro de la tierra 2: la isla misteriosa’. En esta ocasión, siguiendo la línea aventurera, catastrofista y exorbitada se unen a la corriente nostálgica que recupera viejos clásicos para la gran pantalla. El juego antiguo no tenía guion ninguno, entrabas directamente al trapo, elegías monstruo y a causar estragos. Para superar eso no hacía falta devanarse los sesos y tampoco es que lo hayan hecho en demasía. La historia es sencilla y podemos encontrar similitudes en muchas otras películas pasadas. Por ejemplo la relación humano – bestia domesticada/alterada es muy similar a la de ‘Congo’ y la manera en cómo se hace frente a la amenaza gigante es muy de serie B moderna, de hecho en ocasiones parece que va a desatarse otro ‘Sharknado’.

A Johnson no solo le acompaña Naomie Harris (’28 días después’),  otra que se apunta a la acción siempre que puede. Estas criaturas devastadoras han llamado a un reparto de actores rudos como Jeffrey Dean Morgan (‘Watchmen’), Joe Manganiello (‘True Blood’), Demetrius Grosse (‘Straight Outta Compton’) o Matt Gerald (‘Daredevil’). Pero todos ellos van entrando poco a poco o se van quedando de lado a medida que nos aproximamos al final, de manera más o menos sorprendente, dejando como era de esperar el protagonismo casi de manera exclusiva a un Dwayne Johnson que por poco eclipsa a los mutados animales. Los que sí que están constantemente presente son Malin Akerman (‘Watchmen’) y Jake Lacy (‘Su mejor historia) como villanos de la cinta. Ellos representan mejor que nadie la parte más tontorrona y dejada de la película con dos papeles irrisorios y sin gracia.

Por supuesto aparece una arcade con el ‘Rampage’. No tenéis que agudizar la vista para verla, no la esconden y se muestra varias veces. Esto ya ocurría igualmente con las expectativas de ‘Proyecto Rampage’, no nos han escondido nada, esperábamos lo que hemos visto. Acudir al cine sabiendo que no es una película para nada seria, para nada concienzuda. No es de extrañar surgiendo de guionistas de películas como ‘San Andreas’, ‘Hércules’ (2014), ‘Non-stop’ o la serie ‘Perdidos’, vaya mezcla. Ofrece momentos álgidos con CGI desmesurado, dosis de humor, un guion sencillo y mucha destrucción.

Ficha de la película

Estreno en España: 13 de abril de 2018. Título original: Rampage. Duración: 107 min. País: EE.UU. Dirección: Brad Peyton. Guion: Ryan Engle, Ryan Condal, Adam Sztykiel, Carlton Cuse. Música: Andrew Lockington. Fotografía: Jaron Presant. Reparto principal: Dwayne Johnson, Naomie Harris, Jeffrey Dean Morgan, Malin Akerman, Jake Lacy, Joe Manganiello, Marley Shelton, P.J. Byrne, Jack Quaid, Breanne Hill, Matt Gerald, Demetrius Grosse, Will Yun Lee. Producción: New Line Cinema, Wrigley Pictures. Distribución: Warner Bros. Pictures. Género: acción, ciencia ficción, adaptación. Web oficial: rampagethemovie.com

Os presentamos ‘Altered Carbon’ próxima serie cyberpunk de Netflix

Adaptación de la novela de Richard K. Morgan.

El 2 de febrero de 2018 Netflix estrenará a nivel mundial una nueva serie de producción propia. ‘Altered Carbon’ nos sumergirá en una nueva historia de ciencia ficción de tintes cyberpunk en la que la humanidad sobrepasa el umbral de la muerte pasando de un cuerpo a otro. En la serie intervienen Martha Higareda, Joel Kinnaman, Will Yun Lee, Dichen Lachman, Ato Essandoh, Chris Conner, Renée Elise Goldsberry…

Basada la clásica novela negra Richard K. Morgan, es una narración de asesinatos, sexo, amor y traición ambientada en un futuro dentro de 300 años. La sociedad se ha transformado por una nueva tecnología: la conciencia puede ser digitalizada, los cuerpos humanos se pueden intercambiar y la muerte ya no es permanente. Takeshi Kovacs es el único soldado sobreviviente de un grupo de élite de guerreros interestelares que fueron derrotados en un alzamiento contra el nuevo orden mundial. Su mente fue condenada a prisión por siglos hasta que Laurens Bancroft, un millonario con una larga vida, le ofrece a Kovacs la oportunidad de volver a vivir. Como intercambio, Kocacs debe resolver un asesinato… el del mismísimo Brancroft.

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