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Lando, un antiguo amigo de Han Solo se convirtió en una de las muchas figuras inolvidables del universo creado por George Lucas. Ahora, Marvel ha decidido otorgarle protagonismo absoluto en su nueva etapa comiquera.
Reseña
¿Para cuándo más Lando?
Igual que gran parte de colecciones de cómics que están surgiendo de Star Wars está ubicada entre los Episodios IV y V. Esta miniserie constó de cinco únicos números que se centraron en el personaje de Billy Dee Williams, Lando, el famoso “amigo” de Han Solo cuyo pasado y entresijos se han desvelado poco o nada en el cine.
Lando Calrissian es un pícaro, un embaucador, un oportunista, un metepatas y un contrabandista que siempre anda con triquiñuelas. De este modo sobrevivió en los bajos fondos y así llegó hasta donde le vimos en el Episodio V, el gobierno de Ciudad Nube en Bespin. Esta descripción, con la cual los fans de la saga estarán de acuerdo, encaja a la perfección con el Lando que vemos en estos cómics. Vemos que el personaje que produjo una de las traiciones más dolorosas de Star Wars además de engañar también es engañado y testigo de grandes revelaciones.
Aunque la miniserie posee ubicaciones como el planeta Castell o Coruscant, la historia que guionizó Charles Soule (“La muerte de Lobezno”) transcurre básicamente en un solo sitio. Este es uno de los logros de Soule, jugar con los escenarios para construir una historia repleta de personajes grises, ni buenos ni malos, como aquellas de naturaleza negra o pulp. Consigue plasmar al Lando tramposo, canalla y jugador que dejó huella en el pasado y además expande su historia. Le acompaña de su inseparable Lobot, le hace recordar a su amado Halcón Milenario, le asocia con matones clones gay y le mezcla como siempre en asuntos del Imperio y de los Sith… todo ello para conseguir una aventura por muy encima de lo solvente.
Podemos ver en este cómic dos cosas, si no inéditas, realmente raras en Star Wars. Una son los paseos espaciales y la otra los rostros de los Guardias imperiales. También quedarán en la memoria personajes femeninos como Ssaria, Sava o Chanath Cha (extremadamente semejante a Boba Fett) que dejan patente el desbocado intento de Marvel por hacer lo políticamente correcto.
El equipo encargado de materializar este proyecto fue el mismo durante los cinco números. A parte del ya mencionado Charles Soule estuvieron involucrados Alex Maleev y Paul Mounts (“International Iron Man”) que aportaron el dibujo y el color respectivamente. Ambos sabían dónde se estaban metiendo y crearon una línea que encajase con el estilo, no solo de Star Wars, sino también del personaje y del tono que pedía el guión de Soule. El tono oscuro, la inmensa presencia de tintas, resta protagonismo a los colores en este trabajo, que como he mencionado antes es una historia más cercana a una novela negra con sospechas y traiciones. Un poco más de viveza en las caras no habría estado de más para aportarle mayor realismo y sentimiento a los personajes. Por destacar una viñeta podemos citar el gran splash page con los dos clones, muy oscuro (en varios sentidos), que tenemos en el número 4. Las portadas son todas de Alex Maleev, en ocasiones con la colaboración de Edgar Delgado (que os sonará por ponerle color a la colección “Darth Vader”).
Este trabajo logra superar el reto y los prejuicios por mostrar material nuevo y reiniciar el universo expandido. Consigue ofrecer nuevas sorpresas sobre personajes con destinos conocidos e incluirlos satisfactoriamente dentro de un nuevo canon de modo que se abran nuevas vías de exploración argumental para el futuro.
Ficha del cómic
Guionista: Charles Soule. Dibujante: Alex Maleev. Color: Paul Mounts. Editorial: Planeta Cómic. Datos técnicos: 32 págs., grapa, color, 16,8×25,7cm. Publicación: noviembre 2015 – marzo 2016. Precio: 2,5€/grapa.